
Con el objetivo de optimizar las estrategias de vigilancia sanitaria, el Senasa tomó muestras de animales durante el Primer Torneo Cinegético de Jabalíes realizado en Villaguay. El objetivo es conocer el estado sanitario de los ejemplares respecto a enfermedades de gran importancia sanitaria, como las pestes porcinas Clásica y Africana, Aujeszky y triquinosis.
La Peste Porcina Clásica es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los cerdos y puede causar graves pérdidas económicas. Argentina es un país libre de la misma, por lo que su notificación y detección temprana resulta fundamental para mantener la condición sanitario. Por su parte, el virus de la Peste Porcina Africana representa un impacto muy grande para la producción porcina internacional. Si bien Argentina también se mantiene libre de esta enfermedad, su rápida propagación a nivel mundial y la alerta sanitaria vigente en nuestro país hace esencial la vigilancia en fauna silvestre, especialmente en jabalíes, que actúan como reservorios naturales del virus.
Asimismo, la vigilancia de patógenos como la enfermedad de Aujeszky —también conocida como pseudorrabia— es clave, tratándose de una enfermedad endémica afecta principalmente a los cerdos, pero que también puede transmitirse a otras especies animales, provocando síntomas neurológicos y reproductivos. Aunque no afecta a las personas, su presencia podría comprometer la sanidad de los rodeos porcinos y afectar la producción.
En cuanto a la triquinosis, se trata de una [zoonosis parasitaria]( que sí representa un riesgo directo para la salud humana. Las personas pueden contraer esta enfermedad a través del consumo de carne cruda o insuficientemente cocida de animales portadores del parásito, como cerdos, jabalíes o pumas, por lo que su vigilancia resulta esencial como estrategia preventiva para proteger la salud pública.
Estas acciones se enmarcan en los programas de vigilancia epidemiológica activa en fauna silvestre del Senasa, con foco en el jabalí, una especie exótica invasora que representa un riesgo sanitario, productivo y ecológico.
Durante el encuentro, el Senasa mantuvo un rol estratégico brindando asistencia técnica, supervisando la correcta toma de muestras y garantizando el cumplimiento de los protocolos sanitarios vigentes.
Además de fomentar prácticas cinegéticas responsables, este torneo permitió articular esfuerzos entre cazadores habilitados, autoridades locales, profesionales veterinarios y organismos nacionales, necesarios para la prevención, detección y control de enfermedades que pueden afectar tanto la sanidad animal como la salud de las personas.
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