
Entre Ríos ocupa el puesto número 20 en materia de cantidad de investigadores dedicados a la ciencia y la tecnología en todo el país. La marca revela el notable atraso de la provincia en inversión pública y privada para favorecer el desarrollo de las cadenas de valor regionales con propuestas logradas en el mismo lugar de los hechos.
Por medio de un informe de la Secretaría de Ciencia y Tecnología se explica que un factor crítico es la disponibilidad de recursos humanos calificados, dado el carácter intensivo de la investigación. Las jurisdicciones con una dotación superior en este aspecto logran mejores resultados en términos de proyectos, financiamiento y producción científica.
En diálogo con Campo en Acción, Jorge Gerard sentenció: “El sistema científico en Entre Ríos tiene la misión de aportar soluciones a la producción. Es cierto que hoy en día la cantidad de investigadores es muy baja en relación al promedio nacional; acá no hay relación con la producción entrerriana y su cantidad de habitantes”. El titular de la secretaría dedicada justamente a fomentar la ciencia en la provincia aportó que impulsan la radicación de investigadores formados a través de Conicet y además hicieron una convocatoria de doctorados para jóvenes graduados con el propósito de que realicen sus tesis en universidades públicas y privadas entrerrianas.
Gerard describió como “muy lentos” los procesos de formación de un investigador y que para torcer la tendencia y lograr que Entre Ríos sume expertos es importante dar continuidad a las políticas públicas que los favorezcan. Casi una quimera para un país donde los cambios de rumbo son moneda frecuente. En tal sentido especificó que “el motor del sistema científico son los recursos humanos, el graduado debe hacer una tesis doctoral de cinco años; los procesos de formación son muy extensos y una proporción de jóvenes se forma fuera de la provincia”.
Lo cierto es que hay una asimetría muy grande en materia de concentración de investigadores, el federalismo no existe en estas áreas. El 70 % se concentran en Capital Federal, provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. En otro tramo del informe de situación se precisó que “una política deseable para la federalización de la ciencia y la tecnología es la formación de recursos humanos en las provincias, particularmente en las más postergadas, lo cual requiere la consecuente infraestructura institucional, logística y financiera. Las brechas de capacidades tienden a mantenerse y requieren estrategias deliberadas de abordaje. El caso específico del Conicet no es una excepción”.
Sin embargo, también determinan que la radicación de investigadores es creciente y que es así a partir de la formación del Centro de Investigaciones y Transferencia de Entre Ríos. Lograron radicar personal y formar tres institutos de dependencia compartida entre la Universidad de Entre Ríos y el Conicet, que se agregan al Centro de Triple Dependencia de Diamante. Tal cosa mejoró la performance entrerriana; no obstante, el atraso relativo todavía es muy marcado.
Acerca del rumbo de la ciencia en la región, Gerad razonó: “Los sectores mejor posicionados son los agroindustriales; hay necesidad de crecer con valor agregado. Estamos enfocados para formar jóvenes en estas áreas. Sin dudas que la biotecnología presenta una alta potencialidad y la provincia tiene profesionales muy bien formados. La industria del software demanda recursos humanos. Hay necesidad de formar jóvenes y estamos trabajando con un programa de primer empleo para la industria del software”.
Datos duros
Según el informe de gestión del Conicet que data de 2019, en Entre Ríos están radicados 87 investigadores, 108 becarios doctorales y posdoctorales y 15 personas de apoyo. Esto significa que la provincia, donde habita el 3% de los argentinos, participa en apenas el 0,8% de los investigadores Conicet del país, el 1% de becarios y el 0,5% de personal de apoyo.
Con ánimo de hacer comparaciones, en Buenos Aires ciudad hay 199 investigadores cada 100.000 habitantes cuando en Entre Ríos son 15.
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