Cabaña Las Tunas es un punto de referencia cuando de cría de ovinos se habla. Desde el distrito Basualdo, en Feliciano, Nelson Mármol trabaja a conciencia, -junto a Florencia, su esposa-, para sostener el prestigio que se expresa en un mosaico de exposiciones donde sus ejemplares resultan premiados. Y tal suceso no va en zaga cuando reedita cada año, y ya por tercera vez consecutiva, su remate especial.
La tarea se expande en un puñado de hectáreas, no más de 15, y arrancó con el siglo con la raza Corriedale. Lo cierto es que, poco a poco, fueron buscando variantes en especies más carniceras como Dorper, Texel , Santa Inés y Boer; hasta que llegaron al punto donde se encuentra la calidad con la rusticidad y el rendimiento.
Campo en Acción visitó el lugar para saber más del establecimiento impulsado por la tercera generación de una familia de productores ovinos y caprinos. Mármol espera que siga l tradición y, en cuanto a lo que le toca, eligió hacerlo bajo el rigor que impone el pastoreo rotativo. Dividió el campo en cuatro parcelas y maneja su tropa de carneros en grupos de entre 70 y 80.
“El tiempo en cada parcela depende del clima, si todo va bien los mantenemos entre 15 y 20 días”, dijo de arranque y cerró el tema enumerando que siembran avena, raigrás, lotus y trébol. “De esta manera le pudimos hacer frente a la sequía que en la zona fue feroz. Nos castigó un montón la seca, pero el ovino es el que más se defendió en la zona”, sentenció.
Pero no todo el verde al momento de dar de comer. Complementa con una suplementación hecha a base de una fórmula que contiene maíz y espeller en un modelo de autoconsumo.
“Los animales están a campo casi todo el tiempo, bajo techo quedan sólo los comederos para evitar perjuicios por el rocío” subrayó. Del manejo contó que utilizan boyeros de dos hilos, -“la gente se sorprende cuando los ve, pero el animal se adapta. El bienestar animal es clave para crecer en la actividad y nosotros lo practicamos”-.
En ese esquema obtiene un 90% de preñez con el servicio es natural que conocen al detalle. Del resultado relató que “nuestra genética es destacada por la rusticidad, son animales con buenos cuartos y bien costilludos porque sabemos que tenemos que producir carne y que los ejemplares se adapten a cualquier tipo de ambientes”.
Los que saben estas cuestiones son los que se llevan sus animales; que parten a destinos tan variados como la provincia entera, Corrientes, San Luis, Mendoza, Misiones, Santa Fe, y Córdoba.
Del contexto fundamentó que “la realidad del productor ovino, hoy en día, es buena, el cordero vale. El vacuno se hace incomparable y el ovino se mantiene con poco. Hasta en las estancias van sumando ovinos, de a poco el sector crece, lo mismo que el consumo”.
Su propuesta para incrementar el consumo es tan simple como de demorada concreción: “Para que el público elija comer más ovinos las carnicerías tienen que ofrecer más cortes, de una manera similar al vacuno”.
Al momento de ir a los bifes detalló que el remate anual, el tercero, será el 14 de octubre en la Rural de Feliciano, donde venderán un centenar de animales, entre machos y hembras (PP; PPCC y PPC). Hay que decirlo: las hembras saldrán a la pista con garantía de preñez o cría al pie. “Esperamos que sea una fiesta” avisó el productor que también citó que irá al remate con una cabaña invitada, Don Agustín, que se presentará con ejemplares puros de pedigree.
El encuentro será presencial y on line; el martillo estará a cargo de Francisco Carbajal y a un plazo de cinco cuotas de la siguiente manera: todo aquel que quiera achicar una cuota obtendrá el 5% de descuento; el que opte por dos obtendrá el 10% a su favor; y por pago contado, 15%. El flete, gratis hasta 200 kilómetros.
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