Se cumplen dos meses de la decisión del Gobierno de intervenir el mercado de la carne. En este sentido, se impusieron medidas en la exportación con el objetivo de frenar la suba en el precio de los cortes.
Desde Rosgan emitieron un informe donde exhiben los motivos por los que la medida del Gobierno fue ineficaz. En este sentido, explicaron que el relevamiento de precios del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina, en mayo mostró que el valor promedio de los cortes de carne vacuna se apreció un 6,1%, mientras que en junio -ya en plena vigencia de las medidas- subió otro 7,7% mensual.
Del informe se desprende que los incrementos más significativos se registraron en los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio con un 8,9% y bajo 7,4% mientras que en aquellos puntos que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto, los incrementos resultaron más moderados con un 5,2%, con respecto a mayo.
Si se compara la carne vacuna con el pollo o el cerdo, estos últimos registraron un incremento menor. La carne bovina sufrió un aumento del 14,2% mientras que el pechito de cerdo y el pollo, aumentaron un 2% y un 5%, respectivamente.
En cuanto a este eslabón de la cadena, en junio, el precio promedio de todas las categorías comercializadas en el Mercado de Liniers se ubicó en $146,15 por kilo vivo. “Prácticamente sin cambios respecto de mayo -aun con lo atípico de aquel mes- y un 0,5% inferior al promedio de abril”, agregaron desde Rosgan.
En base a estos números, el valor de la hacienda no creció y en términos constantes cayó por la inflación. “Si analizamos las variaciones de precio por categoría, vemos que justamente la hacienda que mayormente consume el mercado interno -novillitos y vaquillonas- registró incrementos promedio de entre 3% y 4%, mientras que aquello que no se consume internamente como vacas de conserva y toros, cayeron más de un 13% a valores corrientes”, señala el informe.
En los primeros seis meses del año, el aumento acumulado fue del 25,3%. Además, de la carne, existen otras seis divisiones de las 12 que componen el Índice General de Precios al Consumidor (IPC) que mide el INDEC que registran aumentos superiores, como Educación (37,2%), Transporte (32%), Prendas de vestir y calzado (29,3%), Bebidas alcohólicas y tabaco (27,9%), Comunicación (27,5%) y Restaurantes y hoteles (27,3%).
“El problema que aqueja al asalariado argentino requiere de una solución mucho más amplia y eficaz que la sola intervención de uno de los tantos segmentos que componen esta canasta básica. Al menos así lo demuestran los datos”, concluyeron desde Rosgan.
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