Los Kemerer son tamberos de tercera generación en su campo de Aldea San Rafael. Como quién dice, en esa zona de Paraná Campaña los conocen todos y hoy en día los que están al frente del establecimiento, -con un adicional expresado en su granja avícola-, son los hermanos Gonzalo y Martín Kemerer; quienes hace poco se la jugaron por la evolución y sumaron un robot al tambo.
“Trabajamos en 60 hectáreas y casi todas son nuestras” avisó Gonzalo dando cuenta de ese modo que integran el segmento de pequeños productores entrerrianos. Su opción por el tambo está ligada a la tradición familiar, que el hombre definió como “la tarea que mejor sabemos hacer”. A modo de cierre de su concepto para definir la escala aportó que producen con el impulso de 60 vacas y otras tantas vaquillas.
“Venimos de tres años complejos, tratando de pasar el momento para llegar con el pasto” dijo también para enmarca el escenario y remató: “Le ponemos esfuerzo todos los días como cualquier productor genuino”.
Al explicar la necesidad de avanzar en la tecnificación, el tema que motivó la recorrida de Campo en Acción por el lugar, sentenció: “La evolución del tambo es notable y no hay que quedarse, antes teníamos uno de brete a la par; en 2011 hicimos otro nuevo con fosa; y ahora incorporamos un robot”. No le tuvimos miedo al robot, pensamos que si anda en todo el mundo también tiene que funcionar acá”.
Martín se sumó al diálogo con Campo en Acción al indicar que “hasta ahora, a nosotros el robot nos benefició un montón ya que dejamos de hacer el tambo tradicional de mañana y de tarde y ahora a ese trabajo no lo tenemos. No estamos pendientes del ordeñe. Dedicamos más tiempo a controlar y atender tanto a las vacas como al pasto”.
Sin vueltas definió que “El bienestar que propone el uso del robot es para las vacas y el tambero. Nos cambió totalmente el trabajo y operarlo es tan complicado como manejar un teléfono celular, hay que agarrarle la mano nomás”.
De acuerdo a su experiencia, los animales se adaptan bien, y en cuanto a producción el aumento del ordeño fue de un 10%, -“sólo por pasar del ordeño en la fosa al robot”-, especificó el tambero. Por el andarivel de la nutrición ambos coincidieron al señalar que la alimentación ahora se ajusta a la productividad de cada animal.
En cuanto a la inversión dijeron que es tan importante como la compra de un mixxer, un tractor o una camioneta: “Tenemos un montón de herramientas y el robot viene a ser una más y de un valor similar. En mi opinión, vale la pena porque nos cambia la vida a todos y para bien”.
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