Con un mensaje más conciliador que el domingo cuando amenazó con subir las retenciones o establecer cupos de exportación para frenar la inflación de los alimentos, y en la previa de la reunión que mantendrá con la Mesa de Enlace, el presidente Alberto Fernández volvió a referirse a esta situación que generó nuevas rispideces con el sector agropecuario.

“Cuando uno dice que tenemos que cuidar el precio de los alimentos que consumen los argentinos, la harina, el pan, la carne, la leche, los pollos, los cerdos, los huevos; de lo que habla es de cuidar el bolsillo. Esto que todos celebramos que ocurra, que la Argentina crezca, que los precios internacionales mejoren, que la Argentina exporte, todo esto que es glorioso y venturoso, que no se nos vuelva en contra”, expresó Fernández.

En su discurso, dijo no entender por qué Argentina de manera cíclica siempre debate lo mismo y se preguntó cuándo será el momento de no repetir estas experiencias conflictivas.

“Apelo a la moral y a la ética de los argentinos de no caer por enésima vez en el mismo problema que nos ha complicado. Es muy importante para Argentina que el precio del maíz crezca como crece, que China también demande carne de cualquier tipo, bienvenido sea que suba la soja o el trigo; pero por favor hay que garantizar que los precios internacionales que nos alegra que crezcan y nos favorece que exporten, no se vuelvan en desmedro de los argentinos”, insistió.

En este contexto, afirmó que no quiere “ejercer la espada del poder” para enfrentarse con el agro, pero que es fundamental “unir esfuerzos, tanto de los que producen, como de los que trabajan y del Estado”.

“No puede ser que sea esta la misma discusión que tuve años atrás”, continuó, en referencia a cuando era jefe de Gabinete de Cristina Fernández durante el conflicto de 2008, motivado por la resolución 125.

“La tarea central de la política es hacer más tranquila la vida de los ciudadanos, que la gente pueda prever su futuro y vivir tranquila, y cuando planteo estas cosas no estoy peleando con nadie, ni con los que producen trigo o maíz o con los aceiteros o los ganaderos, lo que digo es la verdad, mi preocupación por la gente que está en una situación más delicada”, remarcó.

Y finalizó: “Quiero creer que vivo en una sociedad que le presta atención a los que están mal y que a los que están mal no padezcan más”.