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Aldea San Antonio

El maíz tardío busca expandirse en el paisaje agrícola entrerriano

El clima empujó hacia adelante y en San Antonio sembraron a finales de enero.
El clima empujó hacia adelante y en San Antonio sembraron a finales de enero.
10/06/2022 11:45 hs

Es casi testimonial el aporte de Entre Ríos a la campaña nacional de producción de maíces tardíos; mientras el promedio de la Argentina llega al 50%, aquí se planta apenas el 7%. Y de revertir esa coyuntura se trató, justamente, la jornada de Intercambio Técnico sobre Maíz Tardío organizada en el Módulo de Innovación Brevant (MIB) ubicado en Aldea San Antonio.

Desde la compañía mostraron ensayos y demostraciones de diferentes propuestas de manejo para entonar a los productores. Y, claro está, no omitieron el abordaje de las razones que motivan la modorra de los agricultores que aún eligen de manera masiva las variedades de primera.

“Entre Ríos es por lejos la provincia que menos maíz tardío siembra. Hay zonas de Córdoba, por ejemplo, donde no hacen otra cosa que tardíos. La reticencia en Entre Ríos, creemos, se debe a que cuando se plantó más, hace unos seis años, los resultados no fueron buenos. Eso estigmatizó al cultivo”, contó a Campo en Acción el experto del INTA y Conicet, Octavio Caviglia.

El especialista hizo un poco de historia para situar a la especialidad en el paisaje agronómico y dijo que el tardío arrancó en 1998 con las variedades BT, que evitan los ataques de las orugas cogolleras. Lo que siguió fue una carrera para aprender cada vez más para optimizar resultados en fechas de producción fuera de lo común para el cereal insignia. “Los resultados de este año en la provincia demuestran que bajo condiciones críticas por sequía y calor, los tardíos brindaron rendimientos más que aceptables” definió. Sumó que la propuesta es crecer, porque las condiciones ambientales lo permiten.

La fecha de siembra va desde el 10 de diciembre y hasta fin de año, para que la floración femenina se de alrededor del 20 de febrero. Explicó que la transpiración del cultivo en esa época mejora el balance hídrico. Precisó que la principal ventaja es ubicar su período crítico a finales de febrero que es cuando se define la cantidad de granos. “Comparado con las floraciones de los tempranos que suceden a finales de diciembre con un fuerte impacto de la radiación solar, los rindes siempre serán menores”.

Al hablar de las razones que menguan tal perfomance insistió en que el llenado de granos se da en condiciones de radiación menor. Subrayó la aparición de más enfermedades como otro aspecto a tener en cuenta, que merece una atenta elección de los híbridos; y dijo que el grano no llega a la humedad necesaria para entregar la cosecha, lo que obliga a mantenerlo más tiempo en el cultivo o, como variante, sumar el costo del secado.

Especificó que el manejo agronómico pasa de manera central por la nutrición; en rigor, algo común a todo lo que se plante en la provincia. Valoró que los cultivos de cobertura son una alternativa y que tanto la densidad de siembra como la elección del genotipo son esenciales en el camino del éxito.

Mauricio García, responsable de Desarrollo y Agronomía de Maíz Brevant enmarcó la jornada en que Entre Ríos necesita mucho maíz. Tanto, que sale a comprar en otras provincias para alimentar a la cadena de valor avícola. “Tratamos de hacer una suerte de escuela para producir más granos porque hay mucha necesidad de información sobre maíz tardío en particular” determinó. Consideró que nadie puede ignorar que los tardíos desatan rendimientos extraordinarios en la zona núcleo e incluso en la República Oriental del Uruguay donde se expande campaña tras campaña. En su opinión, “Entre Ríos tiene potencial para maíces de diciembre, con el acompañamiento de cultivos de servicio que aportan muchísimo nitrógeno es posible evolucionar. Así como ayudó a la Argentina, tiene que hacer lo mismo en la provincia”.

De lo hecho en San Antonio detalló que los ensayos fueron sembrados nada menos que el 30 de enero porque las lluvias no permitían concretar las implantaciones. “Vemos que está bárbaro; le falta para completar su ciclo pero evoluciona muy bien. En este mismo campo, el maíz temprano ya rindió 6.000 kilos una vez y 10.000 en tardío. Hay bases sólidas”, dejó saber a Campo en Acción. A título de información práctica aseguró que la compañía que representa cuenta con seis variedades de materiales que recomiendan para sembrar ya sea como tempranos, de segunda o tardíos.

Nicolás Maltese, profesional de INTA y Conicet, está a cargo del ensayo que más llamó la atención de todos quienes se sumaron a la recorrida: se trata del que abordó la secuencia de cultivo para analizar la intensificación de los sistemas y de cuantificar la economía del nitrógeno. El profesional aportó que se hizo en un cuadro que venía de trigo, vicia y arveja para cosecha con un barbecho químico largo. Ahí mismo implantaron maíz tardío con distintas dosis de fertilización. A cosecha se verá como anduvo la cosa, no solo en materia de rendimiento, sino también en mineralización y aportes de nitrógeno por fijación biológica. En ese marco puso en valor que “originalmente el maíz tardío se pensó como un cultivo para lograr sobre un barbecho largo, pero hoy se sabe que suman los cultivos invernales y especial las leguminosas que aportan nitrógeno”.

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