El manejo de malezas difíciles fue el tema del encuentro entre productores, técnicos e investigadores que se concretó en Victoria desde el impulso organizativo de las compañías Insumos Entre Ríos y Syngenta.
Facundo Álvarez Daneri habló con Campo en Acción acerca de la satisfacción que les genera esta suerte de regreso a los encuentros presenciales, claro está bajo normas de cuidado del distanciamiento. “Nos reencontramos para plasmar una propuesta técnica y confraternizar con productores amigos” contó el técnico antes de describir: “Hablamos de control de malezas en maíz y soja, una problemática recurrente en la provincia y dimos cuenta de lo esencial que es el saber dado que los tratamientos demandan una gran inversión y deben estar bien hechos para obtener resultados”.
Aportó que en relación a campañas anteriores la problemática ahora es similar, “lo que cambia son los nuevos desarrollos y hay que aprender a aplicarlos; son inversiones útiles que generan buenas perfomances”, sentenció. Para Alvarez Daneri hay que estar atentos a las labores dado que, dijo, las estrategias cambian de acuerdo al clima, porque las malezas siempre están.
Al brindar un panorama deslizó que “el productor en general es un optimista nato” y esta vez percibe un mayor entusiasmo desde lo comercial por imperio delos pronósticos de precios a futuro.
Andres Rampoldi, llegó desde la Experimental Uruguay de INTA para hablar de la biología y estrategia de control de capín. En diálogo con Campo en Acción reconfirmó que la maleza que se asociaba exclusivamente al cultivo de arroz ahora está en maíz y soja. Definió que “el capín colorado es el de mayor distribución y esa propagación se dio por migración de implementos y maquinarias”. Lo complejo, dijo, es que también se difundió su resistencia y que la fecha y momento ambiental de esa propagación se da en la primera quincena de noviembre; sin embargo, deslizó que ha visto nacimientos en agosto y septiembre.
Al proponer pautas de manejo en preemergencias subrayó la importancia de tener el lote limpio y advirtió que el control no químico genera resultados parciales. Incluso especificó que “el control mecánico reiterado perpetúa la maleza, normalmente el banco de semillas se agota en dos años, tres como máximo, pero si se entierra y desentierra regularmente se perpetua la presencia”.
Su colega Diego Ustarroz, cordobés de la Experimental Manfredi de INTA, abordó tácticas de manejo para control de herbicidas en lotes destinados a soja y maíz. El especialista avisó de entrada que “hay que ser eficientes en la aplicación porque el avance de malezas incrementa los costos”. En ese marco ponderó que “falta mucho camino por recorrer y hay dudas, pero lo importante es generar información para uso de los productores y técnicos”.
Contó que entre los campos entrerrianos y cordobeses uno de los lugares comunes es la presencia de yuyo colorado y sorgo de alepo; y sumó la importancia de controlar rama negra, una maleza de otoño e invierno que nace en mayo o junio pero que el ritmo de producción suele complicar la intervención hasta incluso septiembre.
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