Como todo deceso inesperado de un ser querido, la muerte de Gustavo Sánchez Romero conmueve. Un infarto se lo llevó en la tarde de este miércoles cuando viajaba en su auto hacia Santa Fe, su ciudad natal. Alcanzó a detener la marcha a la vera del camino y a pedir ayuda, pero no alcanzó. Tenía 53 años.
Aquí quedan sus dos hijos, Alejo y Luisina; Susana, su exesposa; una intensa trayectoria laboral en el periodismo regional; e incontables divertidas anécdotas con él mismo en el centro de la escena. Es que “Mamita”, -tal el cariñoso apodo que le prodigaban sus amigos y allegados-, fue un hombre que abonó la camaradería en todos los ámbitos que transitó.
El recuerdo, fruto de su partida, desata un dolor que perdurará, pero sin un ápice de solemnidad. Su paso por la vida excede los adjetivos habituales, -los lugares comunes.
Si bien desde finales de la década de 1990 destacó como periodista especializado en Economía y miles de personas lo conocieron por tal condición; su faceta de futbolista no le fue en zaga a la hora de poner en valor aptitudes. Jugó en las inferiores de Colón de Santa Fe, el club de su pasión; más tarde pasó por Sportivo Urquiza de Paraná; y ya cerquita en el tiempo mostró en partidos entre amigos la calidad de su juego florido y vistoso, superando ya las limitaciones físicas. Tal ficha de trayectoria viene a cuento de que Gustavo disfrutó tanto jugarlo como hablarlo; y en los últimos años sabía bien cómo invertir el tiempo valorando el esfuerzo puesto en las canchas. “La humildad es un defecto que por suerte nunca se me subió a la cabeza” decía cada tanto con fina ironía; como para ajusticiar sus propias afirmaciones.
Se lo mencionará y mucho como hombre de prensa. Conocedor de los entrecejos del ámbito empresario, hablaba con solidez de los temas que dominaba. Tenía un sitio digital propio, Dos Florines, por donde canalizar sus conocimientos y distinguió páginas de diferentes medios gráficos, como El Diario y Análisis. También trabajó en Canal Once y, -mucho de lo mejor que sabía hacer-, lo volcó en el programa de radio En el 2000 también, conducido por Antonio Tardelli y Sebastián Martínez. Es que ahí, en su columna de ese espacio radial, de a ratos salía al aire Gustavo Sánchez Romero, pero casi siempre el que hablaba era simplemente Mamita; con todo su bagaje de dichos populares, refranes y postulaciones que usaba para desgajar debates y sentencias.
Este miércoles murió Gustavo Sánchez Romero. Todo el equipo de trabajo de Campo en Acción lo despide llorando desde el recuerdo al amigo que ya no estará para abordar cualquier tema que amerite una conversación animada.
Carlos Damonte / Campo en Acción
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