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Doña Zulma, la huerta ecológica de Ovidio Casco en El Palenque

El autoconsumo fue el primer objetivo, hoy trabaja a escala comercial.
El autoconsumo fue el primer objetivo, hoy trabaja a escala comercial. Foto 1/7
El productor recibió a Campo en Acción en su chacra junto a su asesor técnico. Foto 2/7
Los alimentos crecen sin la concurrencia de productos químicos. Foto 3/7
Frutales, otra opción en expansión dentro de la explotación familiar. Foto 4/7
Empezó en un cuadro de 10 metros por 20 y hoy produce en una hectárea. Foto 5/7
Jesús Podrvesich asesora al grupo de 10 productores familiares. Foto 6/7
Ovidio Casco cuenta que vive de su explotación y va por la diversificación. Foto 7/7
04/12/2020 11:50 hs

Productores familiares de Paraná Campaña echaron andar un proyecto de huerta ecológica y a tres años vista los resultados alientan a los protagonistas a ir por más.

En quinta Doña Zulma, por ejemplo, Ovidio Casco y su familia empezaron a producir en un pedacito de suelo de 10 metros de frente por 20 de fondo y hoy en día trabajan en toda la extensión de su pequeña explotación, que es de una hectárea.

“No hacemos más porque se nos acabó la tierra” cuenta el productor que halló en su propia chacra un medio de vida alternativo a sus oficios de albañil y peón rural.

En El Palenque produce morrón, acelga, lechuga, zapallito, tomate, cebolla, calabaza, pepinos y todo lo que sea de estación. La estrategia de manejo excluye cualquier clase de agroquímicos y los resultados están a la vista: cada fin de semana se queda sin mercaderías porque las vende por completo a la gente que llega hasta la puerta misma de su quinta.

Es que a la estrategia de trabajo a campo sumó un modelo de comunicación en redes sociales con el que captó la atención de clientes de Cerrito, María Grande y Paraná. En su perfil muestra con fotos lo que hacen casi con regularidad diaria y esa información es apreciada por la clientela.

“Hacer una producción agroecológica no es fácil, demanda trabajo y esfuerzo, pero andar todo el día con la azada y la pala rinde sus frutos. Lo único que aplicamos es cama de pollo” contò el productor a Campo en Acción cuando lo visitó en su lugar en el mundo.

Por la forma asociativa de capacitación accedió a un mono cultivador que le permitió crecer hasta cubrir la hectárea de su campo, pero no dio un tranco de espacio al uso de materiales sintéticos. El valor de tener el nombre de ecológico lo cuida porque, razonó, es su medio de vida. En cambio cuenta con un sistema de riego por goteo que también incorporó por unirse a otros productores.

Ovidio es inquieto, además de curioso. Ahora piensa en diversificar para crecer. Su meta es sumar un vivero para ampliar la gama de variedades porque sabe que su familia puede vivir dignamente con la actividad en la huerta.

Sin embargo, mientras busca la oportunidad, explora variantes. “La pandemia nos atrasó un poco, pero me dio tiempo para investigar y ahora hacemos dulces con alimentos de la misma huerta; y además elaboramos una cerveza que por ahora han probado solamente amigos”.

Por si fuera poco, las gallinas le dan entre tres y cuatro docenas de huevos diarios para vender y se hizo una agradable fama con la calidad de sus pollos engordados a la usanza antigua: comen maíz en libertad.

“Trabajar en grupo se da por una necesidad y una vez que uno está adentro se da cuenta de lo mucho que se puede aprender. Tenemos el asesoramiento que nos permite crecer porque es una ayuda constante” sentenció.

El asesor técnico es Jesús Podversich, quién contó que al Grupo de Abastecimiento Local (GAL) lo integran, además de Casco, otros 9 productores familiares de María Grande, Sosa, Curtiembre, La Colmena, El Pingo, el Segundo Distrito de María Grande.

Recordó que dieron los primeros pasos con miras de llegar al autoconsumo y hoy en día trabajan a escala comercial.

“Respondimos primero que nada a la necesidad de asesoramiento para mejorar técnicas de manejo”, avisó el profesional y remató: “Ahora estamos en la etapa de la eficiencia, con riego y sumando en escala”. La misión es producir más para comercializar juntos volúmenes importantes.

Arrancaron con las ventas semanales en una feria callejera que armaron en María Grande y que ahora en tiempos de pandemia concretan cada 15 días. Y además atienden en cada quinta.

“La comunidad acompaña y está aprendiendo a comprar. Hay que valorar estas producciones orgánicas, ecológicas. No es fácil, pero hay que insistir. Todo el manejo es natural eso es una diferencial muy importante” sentenció el asesor.

Daniel Aguilar / Campo en Acción

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