CTC es la “marca” de la Cooperativa de Trabajo del Centro Ltda., una empresa solidaria fundada hace 20 años en la ciudad de Paraná. Para el rubro textil es una larga trayectoria ya que los vaivenes de la economía argentina se han “llevado puesto” a muchos emprendimientos dedicados a este rubro.
Campo en Acción visitó la planta fabril, ubicada en la capital entrerriana, donde se aprecia el proceso de fabricación de indumentaria, conocer que la integran más de un centenar de mujeres y hombres, trabajadores entrerrianos que han logrado a partir de la calidad de los productos textiles que elaboran, una fuerte inserción en el mercado nacional de indumentaria.
Diego Gómez hoy preside el consejo de Administración y nos cuenta algo de la historia: “Esta cooperativa tiene ya 20 años, empezamos entre seis personas sin local propio siquiera, cada uno en su garaje con dos o tres máquinas” y agrega que “hoy ya somos 114 socios y funcionamos como proveedores nacionales de indumentaria para las fuerzas armadas, eso incluye lo que es el pantalón, camisa, campera y los accesorios que llevan”, detalla el titular de CTC, como se la conoce en el mercado textil.
“En ese momento, conformarnos como cooperativa era mucho más fácil con los recursos que teníamos. Al mismo tiempo, la cooperativa tiene un beneficio muy importante que es el poder tener una CUIT, lo que te permite comprar y vender al por mayor. Es lo que sucede hoy en día con los emprendedores: armar una Sociedad Anónima o de Responsabilidad Limitada es complejo a veces, en cambio la cooperativa permite a grupos de trabajadores con pocos recursos poder operar a todo nivel, inclusive hasta nacional”, comentó.
Miguel Chini coordina el área comercial y su experiencia agregó valor al momento de abrir nuevos mercados: “Con el paso del tiempo, la Cooperativa de Trabajo del Centro logró una ventaja competitiva con la calidad de las telas empleadas y la confección. Hoy en día tenemos incorporado un robot de corte, el único dentro del ambiente cooperativo argentino, el cual elimina los desperdicios y mejora mucho el ritmo de producción”.
“Como nos dedicamos a fabricar ropa de trabajo y no de moda, la chomba por ejemplo tiene que estar hecha para poder ser lavada a diario, al igual que los pantalones. La ropa debe resistir el trabajo diario y esa es nuestra principal ventaja a la hora de confeccionar uniformes para fuerzas de seguridad. Vendemos prácticamente para todo el territorio nacional, y asimismo hace tres años que vendemos a organismos nacionales: de 22 distritos de Vialidad, nosotros les vendemos ropa de trabajo a 17”, comenta con orgullo Chini.
También nos enteramos que están integrados al Programa del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), de Compromiso Social Compartido, que certifica anualmente, entre otras cuestiones, el trabajo registrado, condiciones de higiene y seguridad.
Miguel Eugenio Ruberto / Campo en Acción
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