El Banco Central confirmó la línea de financiamiento para incrementar la producción de carne de cerdo y pollo a una tasa bonificada del 30%. La propuesta alcanza toda clase de emprendimiento, sin distingos de capacidad productiva.
El presidente de la entidad dijo que la administración de la política monetaria, cambiaria y financiera está destinada a generar las condiciones para que el sector privado pueda concretar inversiones en los sectores productivos. Ampliar la producción de carnes tiene el doble efecto de mejorar la oferta interna y generar divisas, ya sea por la sustitución de importaciones como por la liberación de mayores excedentes cárnicos para la exportación.
"La línea puede ser destinada ahora, sin importar el tamaño de la empresa, a aumentar la oferta de carnes aviar y porcina, consideradas sustitutivas de la carne vacuna. Estos sectores tienen un margen potencial para incrementar su producción y contribuir tanto a la diversificación de la canasta de consumo cárnica como al incremento de las exportaciones netas", se informó desde el banco.
La producción de carnes intensivas, como la de cerdo y pollo, resultan estratégicas para el agregado de valor en territorio, transformando granos en carnes y el desarrollo federal mediante la generación de empleo privado de calidad.
Vale destacar que el consumo de pollo se incrementó durante los últimos 20 años, pasando de 26,6 kg/capita/año (2000) a 41.4 kg/capita/año (2010) y 46 kg/capita/año (2020), como consecuencia del consumo sostenido en el mercado local, que aprovecha el acceso a una proteína de alta calidad con un precio muy accesible.
La misma se ha convertido en un componente fundamental en la canasta de carnes de los argentinos, con un consumo muy cercano al de la carne bovina.
En cuanto al sector porcino, según datos de la Dirección de Porcinos, Aves y Animales de Granja la balanza comercial porcina volvió a ser positiva en el 2020, tanto en volumen como monetariamente. El superávit comercial fue de US$ 4,03 millones, mientras que en el 2019 había dado un déficit comercial de US$ 47,3 millones.
Asimismo, las exportaciones porcinas alcanzaron el año pasado los US$ 62,12 millones, lo que representa un aumento del 74% respecto al 2019. En cambio, las importaciones cayeron un 30% hasta los US$ 58,09 millones.
En volumen, el país exportó 34.704 toneladas peso producto, un aumento del 65% con respecto al 2019, mientras que el volumen de las importaciones fue de 20.142 toneladas (-36%).
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