La campaña algodonera en el Chaco que alcanzó a cosecharse el 70% de sus lotes, es una de las mejores en cuanto a rindes y a calidad de fibra, según la visión del empresario textil Alberto Maria, que lidera la firma Marfra que adquirió la planta de Alpargatas de Sáenz Peña y también la hilandería de Bella Vista, provincia de Corrientes.
Al hacer un análisis de los rendimientos y calidad en la presente campaña algodonera, el empresario lo calificó como "excelente. En la provincia tuvimos un rendimiento piso de los 2000 kilos por hectáreas y hubo lotes donde se cosecharon 3000 0 más" y agregó que "en Santiago considero que los rindes van a ser mejores. Consideró como fundamental el factor climático que "nos ha acompañado" lo que sin dudas "ha sido un factor fundamental para lograr esos rindes y calidad" ya que "hace varios años que esto no sucedía".
Entre un 20 y 40% de su capacidad
Haciendo un repaso de la actividad de la industria textil, luego de la paralización de la actividad por la pandemia, Maria explicó "todos los sectores han comenzad a reactivarse" y estimó que en la actualidad se encuentran trabajando entre un 20 a 40% de su capacidad".
"El problema es que si no se habilita el comercio vamos a tropezar con lo mismo, porque si la cadena comercial no puede trabajar es de balde producir, porque si no tenemos quien consuma volvemos al mismo problema", agregó.
En ese sentido sostuvo que "el mercado también está casi paralizado, existe un pequeño movimiento. Lo que ocurre es que se venía trabajando entre un 80 y 100%, la industria venía trabajando a pleno y estábamos frente a un año que aparecía como inmejorable, pero apareció esta pandemia y lo complicó todo".
La asistencia fue poca
Finalmente, el empresario hizo referencia a la asistencia implementada desde esferas oficiales para hacer frente a las complicaciones generadas por la paralización de las actividades por la pandemia y en ese sentido sostuvo que "fue muy poco a lo que se pudo acceder".
"Son muy pocas las empresas que pudieron acceder a la asistencia para el pago de sueldos de los trabajadores y hay muchas que están en la espera" pero concluyó que "gran parte no pudo acceder a esa asistencia".
"En el Chaco se superaron las 200 mil hectáreas"
SÁENZ PEÑA (Agencia) - Consultado sobre los datos con que cuenta respecto al área de siembra del textil subrayó que "a nivel país estimo que estuvimos en el medio millón de hectáreas" mientras que "en el Chaco estimo se habrán superado las 200 mil".
"Yo siempre discrepo con otros, soy mucho más optimista" dijo al tiempo que analizó "creo que estos vaivenes que hoy tenemos en el mercado, comercialización, por la pandemia creo va a tener algún tipo de secuela en la próxima campaña" pero "todavía queda mucho por recorrer del año, si esto se reactiva creo podremos reflotar las ventas que pueda entusiasmar al productor de caras al futuro para la siembra del algodón", dijo.
La llegada de alambre para las desmotadoras
SAENZ PEÑA (Agencia) - La industria textil comienza lentamente a reactivarse tras la paralización en el marco de la pandemia por Covid-19 y en ese contexto la autorización para la vuelta a la producción de la planta de ACINDAR en La Matanza, genera alivio en el sector desmotador, que se mantenía paralizado ante la imposibilidad de acceder a un elemento esencial para la terminación de fardos como los alambres fabricados por esa empresa.
El empresario Alberto María indicó que "la reactivación de la producción de este elemento que mantenía paralizada la actividad del desmote, comenzó a normalizar la producción y estimamos que luego del procesamiento para la elaboración de los ganchos, en una semana estaría totalmente normalizada la entrega del producto a todas las desmotadoras".
"Esa situación genera que se pueda contar con el producto nacional y también la empresa está importando alambre de Brasil, lo que ayudaría a acelerar el proceso de normalización de entrega del producto" agregó.
En ese sentido apuntó que "antes de la situación generada por la falta de este producto por paralización de la planta, en la provincia "había sectores que se encontraban trabajando a full, tuvieron que disminuir el proceso hasta llegar a la paralización total".
Esto generó una suerte de cuello de botella, ya que "no se puede acumular la fibra sin poder elaborar los fardos" y a diferencia de otros actores que "elaboran rolos por ejemplo que podían seguir, los desmotadores no pudieron continuar con su actividad por la falta de un elemento esencial como el alambre para la terminación de los fardos, se vieron obligados a paralizar su actividad", indicó.
Fuente: Chacra
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