Apenas terminada la edición número 33 de la Jornada Nacional del Cultivo de Arroz, los plantadores más experimentados, -o más viejos como se quiera interpretar-, contaron a Campo en Acción que las cita les recordó encuentros gloriosos de hace tres décadas donde la concurrencia superaba las expectativas. En otras palabras, este foro de 2022, plasmado en el Campo Experimental de la Fundación Proarroz, desbordó de productores motivados en hacer crecer el cultivo en la provincia, el país y la región.
“El balance es muy bueno, trabajamos en la promoción del arroz y sentimos que cumplimos el objetivo” sentenció Hugo Muller, figura destacada en la organización desde las primeras ediciones. Contó que “la idea es responder a las demandas de los productores para disminuir la brecha tecnológica. Empezamos con un rinde de 4.000 kilos por hectárea y el año pasado llegamos al doble; el objetivo de los 10.000 kilos está cerca”.
Razonó al indicar que “al revés de lo que pasó en el 2020 y 2021, no acompañó la suba que tuvieron las principales commodities como el trigo, la soja o el girasol debido al conflicto de Ucrania con Rusia. Los precios históricamente no son malos, pero debido a la suba de los insumos, fertilizantes, combustibles y energía, los costos tuvieron una escalada muy importante: hoy para poder recuperar lo invertido el valor del rinde está cerca de los 8.000 kilos, un rinde en diferencia histórica muy alto”.
En tanto, el secretario de Agricultura y Ganadería de la provincia, Lucio Amavet, resaltó “la importancia para la provincia de estar presente una vez más en estas jornadas técnicas donde el arroz es una cadena de valor muy importante por muchos aspectos: por la ocupación de mano de obra que genera en su conjunto en comparación con otros cultivos, por el desarrollo de la industria molinera instalada y por haber sido pioneros en la investigación y en la definición de variedades que han trascendido la provincia y el país”.
Y añadió: “Resulta muy productivo nuestra participación como provincia en estos encuentros porque se intercambian puntos de vistas, miradas técnicas y teóricas; demandas lógicas de los productores; se comparten resultados de distintas gestiones que hemos definido a través de la representación de la provincia en la Fundación Proarroz y seguiremos trabajando con todo lo que tiene que ver con incorporar ciencia, tecnología, conocimiento, agregado de valor, estudio de variedades, la gestión de los insumos necesarios para afrontar la próxima campaña y las distintas cuestiones que hacen al fortalecimiento del sector” concluyó Amavet.
Gonzalo Zorrilla es consultor en la hermana República Oriental del Uruguay y su presencia en San Salvador fue para abordar la experiencia con el cultivo en su país, a partir de un plan de acción concreto que apunta a incrementar el área sembrada y los rendimientos.
Definió que desde la integración de la cadena intentan plasmar una propuesta técnica para obtener más de 10.000 kilos de arroz por hectárea. “Llevamos ya casi cuatro años instalando este proyecto, arrancamos en un año complicado, el 2016, donde los productores salían del cultivo por cuestiones de rentabilidad. Advertimos que aplicando tecnología podríamos acercarnos a la meta de las 10 toneladas, marca que ya da un margen aceptable”.
Dijo que con investigación y labor conjunta sintetizaron los puntos esenciales que aseguran los 10.000 kilos: laboreo anticipado; siembra apropiada y en fecha; uso de variedades de alto potencial; fertilización basal y de cobertura de nitrógeno con información precisa; ajuste en el control de malezas; riego clave y preciso; control de enfermedades y cosecha en fecha. “Son el ABC que todo el mundo en el sector conoce, es cuestión de hacerlo”, razonó y siguió: “Lo difundimos con demostraciones para trasferir tecnología. En tres años llegamos a más de 2.500 hectáreas con un promedio de rendimiento de 10.400 kilos”. La meta es que muchos productores lo puedan hacer, pero, -advirtió- la transferencia de tecnología es lenta. Especificó que “es una tarea privada, elegimos ese camino porque es el mejor camino para hacerse cargo de los problemas propios, no se trata de reclamarle al Estado”.
Cesar Quintero abordó la nutrición a partir de la tarea que ejecuta desde la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos. A Campo en Acción definió que “en arroz la nutrición es fundamental, es un cereal que demanda mucho nitrógeno y hay que abastecer al suelo para alcanzar los rendimientos necesarios. El potencial de rinde de Entre Ríos es de 14.000 kilos por hectárea y estamos por encima de los 7.000, de manera que tenemos mucho por crecer”.
Ponderó que con el precio del arroz rezagado y el de los fertilizantes caros, los planes de fertilización están en observación constante, pero advirtió que existe un margen para hacer las labores de manera precisa.
José Colazo, experto del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria dejó en claro que el mejoramiento de las semillas encarado en la Experimental Uruguay que integra, apunta a obtener plantas con tolerancia al clima, donde las heladas tardías impactan y se impone evitar la disminución del stand. Incluso describió que “también desarrollamos en los criaderos un gen resistente a herbicidas y seguimos mejorando simientes resistentes a enfermedades. La evaluación es constante, los productores deben acceder a toda la información”.
Su colega Sofía Parada abordó la tarea iniciada el año pasado para saber más sobre el envejecimiento del grano de arroz: “Trabajamos en la identificación y descripción de los cambios físicos, químicos y biológicos que ocurren en el grano de arroz durante el almacenado a medida que envejece”.
Puso en valor que la propuesta, permite que los productores accedan a información valiosa sobre las variedades que no requieren mucho almacenamiento. “Al tenerla mucho tiempo almacenada se genera un gasto de espacio y dinero a la vez que se favorecen ataques de factores bióticos y abióticos y por temperatura”.
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