“En mi familia no somos de pasear, pero a esta altura de mi vida quiero estar tranquilo” dijo Rogelio Burne a Campo en Acción cuando lo visitó en su establecimiento de Diamante, San Antonio, y el productor mostró orgulloso su tropa Hereford.
El estar tranquilo, para Don Rogelio, es sinónimo de producir sin apuros ni urgencias y cuidando que la explotación que conduce no le genere dolores de cabeza innecesarios. Para cualquier persona promedio, lo que el hombre hace es mucho, pero él, a los 72 años, desliza que “no es para tanto”. Pero mucho cuidado con la interpretación de las palabras porque en el caso de Don Rogelio, aquel "estar tranquilo" incluye darse algunos gustos como, por ejemplo, montar toros con la ayuda de su médico veterinario y amigo, Wilton Trossero.
Cría hacienda Hereford, evalúa opciones para emprender un proceso de cruza con Braford, y siembra maíz, soja y toda clase de pasturas. A juzgar por la mirada atenta del periodista, para el productor el concepto de bajar un cambio alcanza al retiro de hacienda de las islas y no mucho más. “En la isla los mosquitos están bravos” dijo como al pasar.
El asunto es que vivir en el campo es su elección y dejar de hacer cosas no se cuenta como una variante. El mismo lo cuenta: “Mis dos hijas están grandes y ya formaron sus familias. Con mi señora seguimos acá, más despacio quizá, pero no nos alejamos de las vaquitas que cuidamos como nuestros padres nos enseñaron”.
Del ciclo actual describió que “como a todos, nos trató duro” y explicó: “Estoy con la expectativa de trillar maíz pero se nos arrebató al principio y ahora se ve bien, los maíces tardíos están bien pero en plena floración. El momento es crítico”.
De tus tropas aportó que cuenta con 50 madres y, dijo, “siempre con la esperanza de aumentar un poco, pero no mucho, todo va de acuerdo a lo que puedo hacer. La ganadería está muy bien”.
Su opción por la raza Hereford se fundamenta en un puñado de palabras. Especificó que le gusta por su mansedumbre y manejo. Con ironía remató: “Y como muchos la siguen, me digo que mala no debe ser”.
Sin embargo apuró al definir que los días lo encuentran trabajando en la crianza de terneros que salen de una cruza entre Hereford y Braford. “Cuando hay un choque de sangre sale un mejor ternero” aseguró con voz experta. “Si al animal se lo trata bien y se le da buena pastura, las cosas tienen que resultar”, subrayó.
En días nada más arranca con el destete, tarea que encara con Wilton Trossero, quién lo asesora y acompaña en materia de sanidad y producción, lo que incluye entore pero también inseminación. Definió que al tener un rodeo pequeño las pariciones son casi perfectas y que pasan dos meses entre que inicia y concluye el ciclo.
Su propuesta es atención total a los temas sanitarios y en ese aspecto Trossero tiene mucha participación.
Campo en Acción los visitó en medio de las labores de preparación del desteste y en ese marco el experto aportó que se trata del momento más estresante del animal, razón por la cual, determinó, planificar es clave.
Su recomendación es vacunar antes, ya que cuando el animal tiene estrés se inmuno deprime, “por eso a las vacunas hay que hacerlas un mes antes”.
Tras enumerar las enfermedades más comunes, mancha, gangrena, queratoconjuntivitis y neumonías, precisó que la tensión de apartarlo de la madre y cambiar la alimentación ya es bastante, y en algunas explotaciones se suman castraciones, y marcaciones. “Hay que saber hacer las cosas en tiempo y forma” definió y apuró con que se impone desparasitar el día del destete.
Incluso aportó que lo ideal es vacunar a la vaca preñada entre el séptimo y octavo mes de gestación para que el ternero sume anticuerpos. “La falta de vacunación al destete ocasiona pérdidas y las principales son por enfermedades clostridiales, las más comunes de los terneros hasta los dos años”. Y en ese aspecto puso énfasis al precisas que “son dos dosis si o sí”.
Daniel Aguilar / Campo en Acción
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