Las malezas difíciles en épocas de barbechos cortos son un desafío. El límite en la ventana de tiempo de aplicación, sumado a las condiciones climáticas de gran demanda atmosférica, convocan a discernir cuáles son los adyuvantes más apropiados para evitar cortes en los caldos y la evaporación de gotas
Las condiciones hídricas fueron cambiando en las últimas semanas con precipitaciones en incremento, que difieren según zonas. Luego de varias campañas de sequía, esta situación demanda estar atentos a los nacimientos de malezas y de los respectivos controles de malezas para la posterior siembra de gruesa.
“Las estrategias que debemos utilizar para controlar las diversas malezas que existen en los lotes (complejos de gramíneas, rama negra, yuyo colorado, commelina, entre otras) incluyen indefectiblemente el uso de tecnologías adyuvantes que promuevan residualidad y llegada al blanco. También se deben lograr mezclas estables para alcanzar una buena compatibilidad en el tanque de la pulverizadora ante el agregado de sucesivos activos y formulaciones¨, comenta el ingeniero agrónomo Mariano Ludueña, responsable de la línea de adyuvantes de Rizobacter.
A la particularidad de lograr los controles deseados, se suma la complejidad ambiental de alta demanda atmosférica; ya sea por baja humedad relativa, altas temperaturas, o la combinación de ellas.
“Una manera eficiente para vencer estos contratiempos es la utilización de tecnologías adyuvantes, consideradas premium, en las estrategias de control. Se trata de productos formulados con aceite metilado de soja, aceites minerales y surfactantes que, por su desempeño, mejoran considerablemente las emulsiones y dispersiones de los activos presentes en las mezclas”, subrayó Ludueña. Dentro de esta gama, destaca a Rizospray Integrum un adyuvante que logra crear, sin necesidad de realizar ningún tipo de agitación mecánica, una microemulsión termodinámicamente estable en la mezcla de fitosanitarios.
El especialista explica que la combinación de aceite metilado de soja más surfactantes de calidad (silicona o combinación de alcoholes) es capaz de vencer las barreras, facilitando el ingreso de los productos dentro de la planta, a través de una mayor solubilidad de las ceras cuticulares.
“A medida que aumenta la proporción de surfactantes en un aceite agrícola, aumenta su eficiencia y la capacidad de reducir la tasa de evaporación. Por lo tanto, se le da más tempo al herbicida para que ingrese dentro de los tejidos vegetales. Además, el surfactante ayuda a bajar la tensión superficial para que la gota no rebote, no escurra y no ruede, aumentando los puntos de contacto y las posibilidades de un control eficiente.”, agregó.
Reconocimiento y manejo integral
El reconocimiento de las especies de malezas presentes en el lote es también clave en este periodo de preparación para la próxima siembra.
En la elección de los fitosanitarios, se debe tener especial atención al historial de aplicaciones en el lote, con el fin de rotar modos de acción para disminuir la presión de selección de biotipos resistentes que resultarán en pérdidas de rendimiento y aumento de costos de control en el largo plazo.
También se recomienda el diseño de estrategias de manejo integradas como son la elección de la fecha de siembra (adelantar o atrasar en función de las especies malezas dominantes) o estructuras de cultivo más competitivas que cierren rápido el entresurco (menor distancia entre surcos, mayores densidades de siembra, genotipos más competitivos, etc.).
En todos los casos, los especialistas consultados coinciden en señalar que es fundamental cuidar la calidad de las aplicaciones agrícolas para evitar sobre o sub dosificaciones que pueden complicar la sanidad en los lotes, el desarrollo de próximos cultivos y la sustentabilidad del ambiente.
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