De acuerdo con la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ya se implantaron las primeras 400.000 hectáreas de trigo en la zona núcleo, un 6,3% de las 6,3 millones de hectáreas proyectadas para esta campaña. Entre Ríos prevé contribuir con 600.000 hectáreas.

Según la entidad, las lluvias registradas durante los últimos días permitieron comenzar las labores de siembra en el centro-este del área agrícola.

“Varias zonas recibieron importantes acumulados que permitieron recargar los perfiles”, destacaron desde la institución con sede en la capital del país.

Pero más allá de este escenario, advirtieron que un área significativa de esta región todavía no recibió aportes destacados de agua, que permitan asegurar el total de milímetros que demandará el cultivo durante todo el ciclo.

En el norte, si bien las condiciones de humedad son limitadas, las precipitaciones otoñales permitieron que algunos productores comiencen con la siembra. A nivel nacional, el progreso de siembra todavía refleja una demora interanual de 7,6%.

Esto se debe a que en los núcleos norte y sur, tras la intensa sequía sufrida, las primeras lluvias comenzaron a revertir la situación recién a mediados del mes de mayo.

Un dato a tener en cuenta es que en muchos casos. la humedad de los perfiles se concentra únicamente en la capa arable, por lo que será crucial el aporte de humedad hacia el comienzo de la primavera.

En paralelo, las lluvias que se registraron en el norte fueron muy heterogéneas, por lo que una gran parte de la superficie no tiene la humedad necesaria, situación que generó un retraso en el avance de la implantación.

En el oeste, el aporte de lluvias hasta el momento no fue significativo. “La intención de siembra se ve limitada por dicha situación, aunque la necesidad de liquidez anima a varios a apostar al cultivo”, explicaron.

Finalmente, en el sudeste bonaerense -que concentra el 14 % del área estimada por la BCBA- la falta de piso luego de las intensas lluvias no permitió un mayor avance de las labores.