
Productores y dirigentes enrolados en la Sociedad Rural Argentina se preparan para manifestarse este mediodía en las inmediaciones del campo “Casa nueva”, en el Departamento La Paz. La iniciativa se enmarca en la disputa judicial por la propiedad del campo que tiene a varios miembros de la familia Etchevehere como protagonistas excluyentes.
En rigor, tres hijos y la viuda de Luis Félix Etchevehere mantienen un largo enfrentamiento con Dolores, otra hija del desaparecido empresario editorial y agropecuario, por la sucesión de los bienes de quién fuera director de El Diario de Paraná.
El capítulo más reciente de esta historia se escribe por estas horas y desde hace una semana, cuando Dolores asumió que podía permitir el ingreso de militantes sociales ligados al dirigente Juan Grabois al establecimiento cercano a la ciudad de Santa Elena. Unas 30 personas, todas de Provincia de Buenos Aires, se instalaron en el campo y para el resto de la familia el hecho representa una usurpación.
Así es como hoy productores alineados con Luis Miguel Etchevehere, otro de los herederos involucrados en la pelea, irán hasta las cercanías de “Casa nueva” a protestar por lo que definen como una acción ilegal. Se impone recordar que Luis Miguel es expresidente de la Sociedad Rural Argentina y en esta iniciativa cuenta con el apoyo de la entidad que integra y, además, la filial Crespo de la Federación Agraria.
La situación, poco a poco, fue abarcando mucho más que el cauce de la justicia. Dolores denuncia públicamente desde hace años ser víctima de una estafa a manos de sus hermanos y su propia madre y reclama una porción de la propiedad de los bienes familiares. Sus parientes involucrados, la contraparte, niega de plano las acusaciones.
Como sea, se especula con que hoy se vivan momentos críticos en este enfrentamiento atento el rechazo que produjo entre ruralistas que Dolores Etchevehere haya designado a Grabois primero como su asesor legal y luego haya donado parte de sus tierras en disputa legal a una fundación de la que Grabois es referente.
Las redes sociales fueron el escenario donde se exponen argumentos a favor y en contra. Mientras unos tratan de usurpadores al grupo de personas que ingresó al campo; apelando a veces a un vocabulario republicano y en otras utilizando términos con ribetes irracionales; otros defienden la decisión de la mujer a permitir la entrada de las personas al establecimiento.
Como sea, la resolución de esta agria controversia sucesoria ya tomó un cariz político y la última palabra aún no se ha dicho.
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