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La Fundación Mediterránea marca que producir en Argentina es más caro que en Brasil y Uruguay, incluso en EE.UU.

21/10/2025 10:59 hs

“¿Qué tan competitiva es Argentina para producir granos?”, es la pregunta que se hacen los economistas Tobías Lucero y Franco Artusso, de la Fundación Mediterránea. Para intentar responderla, realizaron una comparación internacional de precios de insumos agropecuarios, tomando indicadores similares en nuestro país y en cuatro de sus principales competidores: Brasil, Estados Unidos, Paraguay y Uruguay.

“Se trata de una dimensión poco explorada en los análisis habituales sobre competitividad agropecuaria. Mientras que es frecuente medir la competitividad del sector desde el lado de los ingresos (comparar precios internos de los granos, tipos de cambio efectivos), son pocos los estudios que exploran los costos de producción (insumos, servicios, bienes de capital)”, mencionaron los investigadores.

A grandes rasgos, la idea es no quedarse solo con la obviedad de que Argentina presenta serias desventajas en la comparación internacional por el lado de los ingresos, puesto que ninguno de sus competidores castiga la exportación de granos y derivados con impuestos a la exportación.

El tema es que, a la par, poco se conoce acerca de cómo se posiciona nuestro país en materia de costos para los productores.

Si bien los autores advierten que no es sencillo realizar comparaciones de este tipo, debido a que no existen bases de datos estandarizadas y a que las condiciones productivas y financieras de los diferentes países son distintas, lo mismo avanzaron en relevar precios en setiembre para los países mencionados.

El estudio abarca un total de 13 bienes y servicios, clasificados en seis grupos que incluyen fertilizantes; herbicidas; fungicidas; transporte de carga; combustible; y maquinaria.

“En términos generales, los resultados muestran que Argentina es más cara en dólares que los otros países en la mayoría de los 13 productos relevados, en concreto: es más cara en el 69% de los casos con respecto a Brasil, Uruguay y Paraguay (en los tres casos es más cara en 11 de los 13 productos); y en el 54% de los casos con respecto a Estados Unidos (7 productos)”, resumen Artusso y Lucero.

No obstante, también mencionan que, salvo excepciones, no se observan grandes brechas entre los precios que se pagan en Argentina con relación al promedio de los otros cuatro países: los fertilizantes resultan 5,8% promedio más caros en Argentina; herbicidas un 8,2%; y los combustibles (gasoil grado 2) un 3% más caros.

La principal diferencia apareció en la maquinaria agrícola, donde los tractores se pagan en promedio 31% más caros que en el resto de los países, aunque sucede lo contrario con las cosechadoras, que están 7% por debajo del valor medio regional.

En suma, para Artusso y Lucero, “Argentina exhibe precios un poco más altos en dólares para la mayoría de los insumos relevados, incluso tratándose de bienes comercializables internacionalmente” y “esto revela la existencia de distorsiones que encarecen la producción agropecuaria”.

Entre los factores explicativos, citan los resabios de las restricciones cambiarias; cargas impositivas acumulativas; regulaciones laborales muy rígidas; elevados costos logísticos internos; menor escala operativa y; un contexto de mayor incertidumbre y volatilidad.

Para los economistas, teniendo en cuenta que el gobierno ha logrado avances importantes en materia de estabilización macroeconómica y cambiaria (afectado por el entorno de incertidumbre en el marco de las elecciones de medio termino), los desafíos de mediano plazo en términos de competitividad se trasladan al terreno microeconómico.

Como ejemplo, hacen hincapié en los impuestos. “No hay dudas que los costos de insumos y equipos agropecuarios locales están exacerbados por impuestos sobre ventas como Ingresos Brutos o tasas municipales sobre facturación de empresas, que otros países no aplican, y que al no reconocer como crédito el impuesto que las empresas pagan en sus compras, van generando el pago de impuesto sobre impuesto, y un sobrecosto que se traslada a los precios de los bienes a medida que estos recorren la cadena de valor”, argumentan.

Por eso, “avanzar en la sustitución de este tipo de tributación por impuestos más neutrales (caso del IVA) y en reformas en las otras áreas antes mencionadas, puede ser muy importante para acortar brechas de precios con los países con los que compite la producción local”, continúan.

De todos modos, está claro que el principal problema sigue siendo las retenciones. “Dicho esto, no debe perderse de vista que el principal problema de la competitividad del sector agropecuario se encuentra por el lado de los ingresos y no de los costos, debido a que en Argentina los productores enfrentan derechos de exportación que reducen de forma directa el precio efectivo que reciben por sus productos, lo que tampoco ocurre en los demás países analizados”, explican.

Y concluyen: “Así, el agro argentino compite en el mercado internacional con una ecuación que sigue desequilibrada: insumos en general más caros y precios de venta más bajos. Superar este ‘doble castigo’ resulta fundamental para recuperar competitividad y aprovechar plenamente el potencial productivo del sector”. Fuente: Infocampo

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