“Faltan bastantes milímetros pero empezó a llenarse el arroyo Burgos”, contó Alberto Kelly, productor en la zona de María Grande Segunda.
Hace apenas 10 días Campo en Acción había recorrido la zona donde se daba cuenta del impacto de la sequía, atento que el cauce se dejaba ver seco en su totalidad. Tras las precipitaciones entre un momento y otro, el arroyo empezó a llenarse pero Kelly advirtió: “Tiene que caer más agua, con esto no alcanza porque ya empezó a bajar”.
Los registros de María Grande indican que en algunas áreas llovieron hasta 140 milímetros, una cantidad nada despreciable pero insuficiente para bañar lotes vecinos y volver al Burgos a su estado natural.
En términos generales, las lluvias acumuladas durante la última semana trajeron un alivio tras varios meses de sequía y olas de calor que diezmaron a la producción agrícola hasta su peor nivel en más de 20 años.
En rigor, el experto Alfredo Elorriaga aportó que los condicionantes de escala regional han cambiado y favorecerán un tránsito hacia un otoño con lluvias normales.
Como una coincidencia con el testimonio de Kelly, el especialista aclaró que es apenas un aliciente en medio del drama general ocasionado por el clima en el ciclo estival. Y dejando una respuesta al productor, Elorriaga aportó que no puede garantizar que en un corto plazo llueva lo suficiente para compensar los requerimientos de los perfiles de suelo tras tres años Niña.