Visita a una cabaña caprina donde trabajan por amor a la raza Boer

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Los cabañeros imprimen pasión a su labor y piensan en grande.

En un pedacito de suelo felicianero se desarrolla Fortincito & el timbó, una cabaña caprina donde la raza Boer se abre camino con la ambición de mejorar los hábitos de consumo de los argentinos.

Con pasión, los productores del lugar, Germán Short y Raúl Muzachiodi, le dan vida a un emprendimiento que nació fruto de una casualidad: “Hace unos dos años adquirimos cabras criollas para limpiar el campo, después compramos un cabrito para la hija de mi socio; cuando creció compramos otro y ahí empezamos a charlar de la raza” dijo Germán a Campo en Acción con un tono y una manera que vale la pena escuchar, además de leer en esta nota.

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Nota German Short y Raul Muzachiodi - Cabaña de cabras Fortincito - Origen y Manejo 1.mp3

El cariño por los animales los impulsó. El potencial carnicero los inspiró a lograr un rodeo de calidad que amplíe el horizonte de consumo. Relató que “el salto de ser un establecimiento común a una cabaña se dio en días. Nos pusimos a aprender de inmediato”.

Contó que la raza es dócil, visualmente hermosa y sus características carniceras impresionantes. Y definió “que el sabor de su carne es diferente a lo que estamos acostumbrados”. Toda una invitación a comer cortes caprinos con una mirada distinta a la del consumo del tradicional cabrito.

Boer, ponderó, es una raza original de Sudáfrica y en la región su adaptación es simple. La rusticidad lograda en ambientes más duros que la Mesopotamia Argentina le dan impulso en el norte entrerriano.

Fortincito & el timbó se expande en unas 10 hectáreas, donde muestran un plantel es de 90 vientres con sólo un macho en el momento de la recorrida de Campo en Acción. El camino elegido es la inseminación a tiempo fijo, en un sistema de semi tabulado para regular los tiempos de parición dado que las mamás Boer son reconocidas por parir con frecuencia mellizos e incluso trillizos.

Raúl valoró que “el manejo es práctico, el animal se acostumbra sencillamente a la comida, no es caminador. Fuimos probando, ensayando, y tenemos nuestro propio manual que se basa en alfalfa, algo de rollos y un poquito de suplementación. Hay un calendario sanitario que se cumple a rajatabla”.

La experiencia lograda les permite afirmar que las enfermedades más recurrentes tienen que ver con los parásitos. Para dominar la situación optaron por concretar controles de laboratorio regulares.

Al dar un panorama general de la actividad contaron que hay poco más de 30 cabañas Boer registradas en Sociedad Rural Argentina, pero suponen que no son todas. Aseguran que la raza está creciendo acá y en Corrientes.

“Brasil es el país más fuerte en el continente. Sus rodeos son de muy buena calidad, algo así como el tope de gama en el continente. Luego venimos nosotros, Paraguay y Uruguay. Desde Brasil nos ayudan mucho. Ellos observan que avanzamos y nos motivan” aportó Germán y su socio remató: “El Fortincito & el timbó somos 100% genética, por ahora no tenemos volumen de carne, queremos crecer en calidad”.

Al hablar de la comercialización revelaron que las redes sociales ayudaron en tiempos de pandemia y ahora les permite vender en varios puntos del país.

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Nota German Short y Raul Muzachiodi - Cabaña de cabras Fortincito - Cabañas y Comercializacion 2.mp3

“El mercado es diverso: hay gente que quiere comenzar como cabaña, otros mejorar su rodeo. Esto es una pasión, más allá que sea un negocio y los compradores nos entienden porque están en la misma” sentenció Raúl.

Del consumo German especificó que “hay un tabú en torno al consumo de carne caprina, como el gusto y el olor. Esta raza ofrece carne totalmente distinta. El mercado va a crecer cuando se conozco que la carne Boer es diferente a lo conocido”.

Daniel Aguilar / Campo en Acción

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