La balsa, que unía el continente con la Isla Nueve, fue sacada a tierra para efectuar una serie de reparaciones, en una tarea que se realiza cada cuatro años. En esta ocasión, por una serie de trabajos a realizar, quedaría inoperativa por dos meses. Cabe destacar que en la Isla se encuentra el Hospital de Villa Paranacito al que desde la salida de la balsa se puede llegar únicamente por agua, además de distintos tipos de emprendimientos turísticos, productivos y gente que vive en la isla. La mayoría cruzan el Paranacito en embarcaciones a remo que ofrecen el servicio a fuerza de brazo, aunque están quienes lo hacen en lanchas con motores fuera de borda,
José Jacobsen, presidente de la Cooperativa Agrícola de Productores del Delta , explicó que cada cuatro años se “sacaba la balsa a los fines de hacerle tareas de mantenimiento, pintura y demás”. Trabajos detalla que “nos encargábamos de realizar integrantes del Consorcio de la Isla Nueve y allegados, pero en este caso la situación se tornó más compleja, debido a que veníamos con algunos problemas de ingreso de agua, además se vencieron todos los certificados, razón por la cual no nos quedó otra que sacarla a tierra y hacer la reparación”. Dijo que se trata de “Una labor que teníamos organizada desde Agosto del 2020 con un presupuesto solicitado que fue presentado en la Dirección Provincial de Vialidad que es la propietaria de la balsa”. Aclaró que el consorcio de la Isla Nueve “lo único que realiza es la administración y en estos momentos-sostiene- no puede hacerse cargo de semejante reparación que demanda una cifra importante.”. Indicó que “hasta el momento nos tienen presentando papeles, pero no podemos esperar más, se vencieron todos los plazos y hubo que sacarla a tierra y comenzar a repararla con lo que se pueda”. Dijo que “ahora no tenemos comunicación vía terrestre con la isla con todo lo que eso significa”. Indicó que la “ambulancia no puede llegar al hospital, dado que se trata del único cruce, no quedando otra que trasladar los pacientes en una embarcación en lo que no deja de ser una complicación, máxime en estos tiempos de pandemia “.
Comentó que el tema sanitario “indudablemente es el que más preocupa, además de una serie de emprendimientos turísticos que han invertido en la Isla, llevar combustible a un surtidor, sacar o llevar hacienda, trasladarse la gente que vive en la zona”. El dirigente y productor recordó que “hace diez años se instaló la balsa y se produjo un fenómeno muy particular que era el de que gente que hacía años que no venía a su campo por lo difícil del acceso al mismo, encontró una vía de comunicación. Fue el inicio de una nueva etapa. Se reconstruyó lo que se había perdido o dejado, se encararon nuevos emprendimientos, muchos de ellos ligados al turismo y la pesca, además de diferentes explotaciones productivas y ahora- remarca-, están todos desesperados por la falta del servicio”. Jacobsen señaló que hay “que dejarla en condiciones lo más rápido posible, un plazo mínimo de dos meses, y ponerla en funcionamiento, aunque todavía no tenemos respuestas de Vialidad, algo que nos tiene más que preocupados”. Dijo que si no hay respuestas del estado “ los vecinos evaluamos juntar lo que se pueda entre todos y hacer frente a los trabajos que se tienen que realizar, cambiando lo mínimo e imprescindible que nos autorice Prefectura para poder seguir operando
Destacó que es “mucho el trabajo a realizar” y que el “proyecto que se presentó en Vialidad era la de la reparación a completo de la balsa que comprende cambio de fondo de las planchadas por donde ingresan y egresan los vehículos”.
Contó que la gente que está trabajando “son empleados de la Zonal de Vialidad, gente que, en su mayoría operaba la balsa, que están levantando la misma, para empezar con las labores de reparación”. Señaló que “haciendo una reparación menor que no era la idea, puede llegar a funcionar cuatro años más, aunque la meta era la de que efectué un trabajo que nos deje dormir tranquilo por varios años”.
Sobre los problemas que presenta la balsa, comentó que “babor y estribor es la zona que tiene más roces al entrar a las dársenas con los palos, dado que se trata de una balsa que se maneja con cables y no tiene timón, dirección, y si tenemos un poco de viento se recuesta sobre los costados, produciendo un desgaste en los laterales “.
En cuanto a los costos, indicó que lo “mínimo e imprescindible que se necesitan son dos millones de pesos para hacer una reparación por unos 4 años, a lo que habría que sumarle gastos de pintura.
Fabián Miró / Especial