La Cooperativa Agrícola de Colonia Liebig, Corrientes, posee una trayectoria centenaria dentro de la cual destaca el cultivo de yerba mate. Campo en Acción llegó hasta allí para conocer más sobre la reconocida Playadito, yerba que lidera el mercado argentino y se encuentra presente en más de 20 destinos en el mundo y en más de 29 países con presencia de producto y marca, con una producción anual de 46 millones de kilos de producto elaborado.
Gerardo Bond, secretario del Consejo de Administración de Coop. Liebig, precisó que la pirámide -el monumento a la fundación de la misma- “se hizo cuando la cooperativa cumplió 50 años; siendo una réplica de una que se encuentra en Karlsruhe, Alemania; que fue hecha en honor a un rey que permitió que todas las religiones convivan allí. Vale decir que la mayoría de inmigrantes que fundaron Liebig son de dicha ciudad alemana. Varias décadas después, se construyó dentro de la pirámide una sala temática a modo de museo sobre la colonia”.
Por su parte, el presidente del Consejo de Administración de Coop. Liebig, Ricardo Handziak, afirmó: “Seguramente los fundadores estarían muy contentos de ver cómo ha crecido de esta manera la cooperativa. Si bien son casi 100 años, esta es la cuarta generación que se está incorporando a la cooperativa; durante tantos años obviamente hubo altibajos, pero seguramente estarían felices de ver lo que se logró”.
Asimismo, Orlando Stvass, vicepresidente del Consejo de Administración de Coop. Liebig, sostuvo: “Nosotros estamos cumpliendo a rajatabla lo que los fundadores plasmaron en el estatuto, asimismo habrán tenido muchos más sueños ya que venían de un mundo totalmente distinto: de una ciudad con todas las comodidades y al llegar a estos campos se toparon con una realidad totalmente distinta. Empezaron con los cultivos de subsistencia para poder llevar el día a día, como maíz, porotos, granos; mas animales para leche y carne; arrancando así la historia”.
Consultamos sobre el origen del nombre Playadito al tesorero del Consejo de Administración de Coop. Liebig, Esteban Friedlmeier, quien explicó: “Nuestra cooperativa empezó con productos primarios, luego en 1920 con el fomento de la plantación de yerbales en Corrientes, la cooperativa empezó con su primer secadero: producía yerba canchada, materia prima seca de la hoja deshidratada. Eso funcionó más o menos hasta 1978, donde éramos proveedores de yerba mate canchada a dos empresas de prestigio como son Las Marías y La Cachuera”.
“Finalmente, se logró el consenso para tener marcas propias que se compraron a un socio de la cooperativa, titular de la marca Playadito. El nombre se debe a que esta zona de lomas de tierra colorada tienen un leve ondulado”, agregó el tesorero.
El responsable de Producción de Campo de Coop. Liebig, Martín Conti, contó que el ciclo productivo empieza “cuando seleccionamos las plantas de las cuales vamos a sacar las semillas que van a dar origen a los plantines de yerba. Tenemos lotes seleccionados por características agronómicas como brotación, sanidad, etc; de esos lotes obtenemos primero los frutos, los cuales procesamos y extraemos la semilla, la traemos al vivero para sembrarlas en los almácigos, y en un período bastante importante de tiempo vamos obteniendo la germinación. Allí comienza el ciclo propiamente dicho de producción de plantines”.
José Luis Cravero, responsable de aserradero y secadora de Cooperativa Liebig, informó: “Este aserradero provee la madera para fabricar los pallets que se utilizan para la yerba, tanto mercado local como internacional. Contamos con mucha tecnología tanto en el aserradero como en el secadero, siempre fuimos pioneros en ello, buscando siempre los mejores equipos por rendimiento y eficiencia, y para tratar de hacer que el rollo te rinda en todo: ya sea subproducto de chip, de aserrín, etc. Buscamos que no quede ningún tipo de desperdicio”.
Llegando al final del recorrido por el predio de la cooperativa Colonia Liebig, la cual también desarrolla actividades de producción en ganadería, forestación y apicultura; y ofrece servicios para los productores, personal y comunidad; dialogamos con Carolina Alegre, responsable de Calidad de Cooperativa Liebig.
“Estamos en la parte del molino donde trascurre toda la etapa final del proceso y el envasado. En este sector también se hace el estacionamiento, que es una de las etapas más importantes. La primer parte es una molienda donde se separan las hojas y los palos, se muelen por separado justamente porque tienen características distintas, y después se vuelven a unir. Nosotros definimos el blend según el producto que vamos a envasar, donde en base a la demanda que tenemos envasamos en paquetes de medio o un kilo”, concluyó Alegre.