Si bien la chicharrita se deja ver muy poco, para nadie es una opción bajar la intensidad de los monitoreos

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La ausencia de chicharrita en todas las regiones agroecológicas sigue dominando la escena maicera de esta campaña; aunque desde la Red de Monitoreo avisan que en algunos campos de las zonas endémicas han presentado mayores detecciones.

En la región del Litoral, que Entre Ríos integra, el 73% de las localidades monitoreadas no registró capturas, a la vez que se detectaron incrementos en la categoría de menor de presencia. El 95% de las trampas en esta región se encuentra en localidades con maíz temprano, prácticamente fuera del período de susceptibilidad, en estados vegetativos avanzados, entrando a reproductivos.

En la zona endémica del NOA, la plaga muestra estabilidad, con ausencia en el 56% de las localidades monitoreadas, mientras que en el 27% restante las capturas se mantuvieron en el nivel mínimo (1 a 4 adultos por trampa). El 11% de las trampas se ubicaron en lotes con maíz, principalmente destinados a producción de semillas y choclo. Sólo en tres localidades se registraron aumentos más significativos.

En el NEA, la otra región endémica, el 69% de las localidades sigue sin detecciones de Dalbulus maidis, mientras que el 21% presentó las capturas más bajas. El 40% de las trampas en esta región se encuentra sobre maíces. Sólo dos localidades, Comandante Fontana y Las Lomitas, histórico foco neurálgico en esta región, registraron un nivel de capturas significativo.

En la región Centro-Norte se acentuó la ausencia del vector, con un 91% de las localidades sin detecciones, y el 9% restante, con capturas en la categoría más baja. El 65% de las trampas se encuentra sobre maíces en esta región.

En cuanto al Centro-Sur, el 97% de las localidades no registró detecciones, y el resto estuvo en la categoría mínima. Un 55% de las trampas se encuentra en lotes con maíz en esta región.

No obstante el panorama auspicioso, los expertos de la Red insisten en intensificar los monitoreos, tanto de las trampas como de los cultivos, y tanto en las zonas con maíces tempranos que ya atravesaron las etapas fenológicas iniciales, como en las áreas de siembras tardías, que pueden tener maíces guachos que favorezcan la supervivencia y multiplicación de la plaga y de sus patógenos.

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