“Las perspectivas productivas argentinas se estabilizaron un escalón por debajo del récord esperado, pero en muy buenos niveles. Sin embargo, los precios no acompañan”, resumió el investigador de la Universidad Austral, Dante Romano.
El especialista indicó que respecto de noviembre de 2023 las cotizaciones muestran bajas. Por caso, la soja pasó de 350 dólares la tonelada a 270; el maíz de 190 a 160 y el trigo julio pasó de 240, a 200.
“Pasamos de márgenes positivos y precios cercanos a los que se habían presupuestado al inicio del año, a valores que generan quebrantos en la mayor parte de los casos, teniendo en cuenta el costo de alquiler: 70% de los campos en Argentina se arriendan, y los que no, deberían tener en cuenta el costo de oportunidad de no hacerlo”, detalló Romano.
Entre las causas, enumeró que, de la mano del dólar soja 80/20, “los precios que se obtenían mejoraban respecto de los alicaídos futuros”. Sin embargo, “con una brecha en baja por la caída del dólar libre, ese 20% adicional comienza a ser un aporte menor y el nivel de base de precios es bajo”, agregó.
Para Romano, los productores sí sumaron una buena noticia y es que se permitió a las empresas que habían tomado dólar soja a comprar MEP, una medida que tomó la semana pasada el Banco Central (BCRA), al eliminar esa parte del cepo. “Esto permitiría que quien quiera vender y cobrar, generando excedentes transitorios, pueda redolarizarse. Incluso muchos dueños de campos no querían cobrar alquileres al tener una brecha alta y prohibiciones, que ahora no existen”, dijo.
Consideró que la caída de los precios “mantiene baja la comercialización”, y “presenta un desafío en términos de que los compradores logren que el productor ponga precio a sus granos, y en ingreso de divisas para el país”.
De todas formas, “con la cosecha vienen también los vencimientos de deudas y cheques otorgados para estas fechas”, aclaró el especialista.
Frente a eso, consideró que se espera que el productor no convalide quebrantos si puede evitarlos y, por tanto, refinanciará deudas. “En la idiosincrasia del hombre de campo está mantener soja en su poder, así que podríamos ver ventas de maíz, pero difícilmente de la oleaginosa”, concluyó. Fuente: Agro Clave