Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), que alertó que la Argentina tendrá que hacer un gran esfuerzo para exportar carne aviar, y que esto implicará actualizar el tipo de cambio para seguir siendo competitivos con los grandes jugadores del negocio global, Brasil y Estados Unidos.
Estas declaraciones se dieron en el marco de una nota que realizara Matías Longoni para BICHOS DE CAMPO en la cual le consultaba cómo imagina que será el mundo luego de este gran pandemia
¿Y si no qué? repreguntó el periodista Y bueno… es posible que tengamos un exceso de oferta de pollo que difícilmente pueda ser absorbido por el mercado interno, y que podría desbaratar los planes de crecimiento gradual que tiene esa industria, y que trazaban un salto del 10% en la producción para la próxima temporada, según los planes de reproducción que se trazan en mayo de cada año.
El titular de CEPA contó que cuando comenzó la cuarentena, el sector avícola sintió un cimbronazo de la demanda. “Cuando el presidente Alberto Fernández dijo lo del aislamiento, todos salieron a comprar”. La normalización del mercado recién se produjo la semana pasada. “Ahora la gente sabe que va a comprar pollo y se consigue”. Como sea, esto permitió a la industria normalizar sus stocks.
Según Domenech, entonces, los niveles de consumo interno deben estar, en este escenario, muy cerca de los 48 kilos anuales por habitante. Se trata de un registro histórico. El pollo ya le compite palmo a palmo a la carne vacuna.
En materia de exportaciones, en cambio, las cosas vienen algo más complicadas. En marzo el sector pensaba exportar 23 mil toneladas y solo pudo colocar 20.500. Pero en abril los envíos habrían caído a 17.000 toneladas, causando preocupación. El titular de Cepa ya ve que será difícil repetir los buenos números de la exportación del año pasado, cuando se vendió por unos 500 millones de dólares.
-¿Entonces la clave para no saturar el mercado será mantener el nivel de las exportaciones?
En este punto de la charla, Domenech frunce el ceño. Dice que más allá de los problemas logísticos provocados por la pandemia, lo que se está notando en el mercado internacional es que los principales jugadores devalúan sus monedas (Brasil lo hizo ya cerca del 35%) y ganan competitividad frente a la Argentina, que no solo no devalúa al mismo ritmo sino que además convive con una inflación que pulveriza cualquier mejoría.
“Empezamos a ser menos competitivos. Lo de afuera es barato y lo nuestro es caro”, resumió el directivo de los avícolas. Luego recomienda que si se quiere recuperar la economía luego del coronavirus habrá que ajustar las clavijas de la macroeconomía. “Tenemos que ir detrás de lo que el mundo hace, no solo en materia sanitaria sino también en materia económica”, sugirió.