Raúl Monti es un referente en materia de producción de ovinos en campos del sur entrerriano. Asesora productores con una idea fija: mejorar la calidad de las majadas, salir de la informalidad, mantener a los jóvenes trabajando el paisaje rural e integrar a la actividad en un espacio de convivencia con las prácticas agrícolas.
“Hay gente interesada en producir más y mejor y lo interesante es que el ovino ayuda a frenar el éxodo del campo a la ciudad”, confió el experto en diálogo con Campo en Acción.
Reveló que en el sur la producción media se divide entre lo que sucede en los campos bajos donde las majadas son más grandes y el área sojera donde los pequeños productores son mayoría. “Queremos demostrar que la producción de ovinos es amigable con la de soja; e incluso muy rentable” aportó.
“La idea es que estos productores crezcan. Que accedan a herramientas que le den sustentabilidad a su tarea” especificó. En rigor contó que la propuesta tiene buena acogida entre quienes ya tienen animales ya que nuevos emprendedores no se ven, al menos en su área de influencia.
El plan de combinar soja y ovinos tiene su clave motivacional dado que en invierno los animales son los grandes recolectores de restos de la labor agrícola a la vez que combaten malezas con solo comerlas.
Por el andarivel del asociativismo Monti ve un modelo más para desarrollarse. Confía en que los incentivos de la Ley Ovina y el acceso a información actualizada de manejo terminarán por consolidar la producción en el tiempo.
Razonó al indicar que “la informalidad es un factor negativo y en el gobierno veo que se trabaja para fortalecer los Grupos de Intercambio Solidario de Entre Ríos y eso le va a dar más impulso a todo”.
Consideró que la unidad en términos de criterios de manejo y comercialización representa una fortaleza para crecer y evitar el éxodo del campo: “Tenemos que trabajar para que la gente siga en el campo y que vuelvan los que se fueron. Esta actividad es atractiva”.
En esa línea contó que en Larroque, antes de la pandemia, empezó a capacitar a un grupo de entre 10 y 15 jóvenes productores denominado OVEJA PIRÚ y que ese impulso no se debe desperdiciar.
“La unidad se logra con mucho trabajo y salir de la informalidad es importante” definió.
En ese contexto, como muchos en el sector, respaldó el desarrollo que implica la apertura del frigorífico de ovinos instalado en la localidad de Mansilla.
Daniel Aguilar / Campo en Acción