En Victoria se concretó la presentación regional de Biotrop. Se trata de una empresa muy joven de origen brasileño especializada en el desarrollo de productos biológicos para uso agrícola y perteneciente ahora al Grupo Biofirst. En ese marco lanzaron el biodefensivo Biokato, un producto recientemente registrado en nuestro país para el control de la chicharrita Dalbulus Maidis que tanto daño a causado en la presente campaña maicera.
Consultado por Campo en acción acerca de la creciente demanda de productos biológicos, Eduardo Pérez, director comercial para el cono Sur de Biotrop, explicó que la misma a nivel mundial viene creciendo a un 17% anual, mientras que en mercados como Brasil crece a un 45%. “Por su parte, en Argentina está creciendo a un 20% anual mientras que los químicos están estancados: varían de acuerdo a la diferenciación de precios, pero en cuanto a cantidad de litros está estancado. Hace 10 años atrás el mercado de biológicos estaba totalmente estancado, lo único que se usaba era algo de Bradyrhizobium como inoculante para soja; y seguían creciendo los mercados químicos: esto se ha revertido en los últimos 2 o 3 años”, sintetizó el ingeniero.
Pérez sostuvo también que a nivel global, los productores vienen adoptando cada vez más los productos biológicos por decisión propia y también de los consumidores, que cada vez exigen más este tipo de productos. “Afortunadamente, el productor argentino siempre estuvo preparado y abierto a los cambios, pero el lado negativo es que en los últimos 20 años las retenciones le quitaron rentabilidad al productor, lo cual se ve reflejado sobre todo en la capacidad de mejorar las maquinarias y producción. Hace 10 años que estamos estancados con la productividad de la soja porque los productores no mejoran sus ganancias”, deslizó a su vez.
Por su parte, Guillermo Vidal, del área de marketing de Biotrop Argentina, contó que esta es una filial de una compañía brasilera, creada hace seis años por un ex vicepresidente de una empresa de productos químicos que soñaba con tener su propia firma de biológicos al retirarse: el mismo diseñó, junto con un equipo de especialistas en agronegocios, a Biotrop, una compañía que actualmente pertenece al grupo belga BiodeS. Actualmente, añadió Vidal, es la compañía de productos biológicos para el agro más importante del mundo, con una facturación anual arriba de los 600 millones de dólares.
“Somos una compañía que lleva en la sangre, por así decirlo, a la investigación y el desarrollo. Tenemos en Brasil un equipo de 22 biólogos que tres veces al año salen a explorar suelos para tratar de encontrar microorganismos, los cuales se presentan de a millones en cada metro cuadrado, que sean beneficiosos para el agro. De allí, se llevan a laboratorio para identificar qué pueden aportar como solución a los problemas que tienen los productores en el lote”, deslizó el representante de Biotrop.
El especialista en Protección Vegetal, Roberto Peralta, explicó finalizado el encuentro que no existe una solución mágica mediante controles químicos a la chicharrita del maíz, sino que se deben integrar varias pautas de control. “Tampoco olvidarnos que se trata de un complejo, no podemos encararlo buscando soluciones simples. Con la chicharrita se trata de un problema complejo donde intervienen entomólogos -por las plagas-; fitopatólogos, porque es una enfermedad lo que tiene el maíz, y hasta especialistas en malezas, porque hay que pensar en los barbechos y el puente verde que es precisamente el maíz”, aclaró el ingeniero agrónomo.
Peralta se refirió también a lo que él considera una tormenta perfecta para la proliferación de la chicharrita: “Durante la campaña pasada, la sequía llevó a que se abandonen y no se controlen muchos lotes sin cosechar, no se controló el maíz guacho y faltaron heladas”. Sumó a esto que “lo que hicimos fue levantar el nivel poblacional de la chicharrita, esto sumado a que a lo largo de todos estos años hemos aumentado la siembra tardía. Tampoco se trabajó bien la genética, hiper- susceptible a esta plaga”.
Asimismo, Tomás Toraglio, coordinador de Desarrollo de Biotrop, recordó que este año la firma registró Biokato, un producto biológico específico para el control de chicharritas. “Para la campaña que se avecina, esperamos que las presiones de esta plaga empiecen a bajar, en base a la palabra de diferentes entomólogos, y a estas heladas que se vienen dando y las que se están pronosticando a futuro. Creemos que no va a tener la misma injerencia que el año pasado, además de que hemos aprendido mucho más sobre la plaga, lo que nos permitirá un manejo mucho mejor que el que pudimos hacer con lo que teníamos a mano durante la campaña anterior”, aseveró el especialista.
Toraglio resaltó la importancia de abordar esta plaga desde muchas aristas: “Desde la genética, dentro de lo que tenemos disponible en el mercado y lo que hemos visto de la tolerancia; sumado a esto los tratamientos de semillas, las fechas de siembra, y el control de los maíces guachos”. “El monitoreo es un pilar fundamental en esto, ir viendo estadio a estadio del maíz las presiones de la chicarrita; y sin dudas es muy importante la aplicación de insecticidas foliares, donde los biológicos van a jugar un papel muy importante”, finalizó el ingeniero.