Por precios bajos, los arroceros entrerrianos economizan y siembran un 13% menos que el año pasado

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La perspectiva de siembra de arroz es desalentadora. Así lo confirmó el Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos, quien además consideró que esta proyección se da ante la caída del precio del cereal, lo que elevó de forma significativa el rendimiento de indiferencia requerido.

Según los aportes de la red de colaboradores, se realizó una primera proyección de la intención de siembra, que se ubicaría en aproximadamente 59.000 hectáreas. Esto implicaría una caída interanual del 13 %, es decir, una reducción de 8.850 hectáreas respecto al ciclo 2024/25, cuando se cultivaron 67.850 hectáreas.

La cotización del arroz cáscara tipo comercial largo fino —la variedad más sembrada históricamente en la provincia— cayó de 400.000 a 200.000 $/t desde julio del 2024 a junio del 2025. En el ciclo previo, esta variedad representó el 78 % del área sembrada, lo que equivale a 53.000 hectáreas.

La reducción del área se localiza donde el riego proviene de pozos profundos, debido a los mayores costos productivos. En estos casos, el rendimiento de indiferencia para el tipo largo fino en campo arrendado supera los 9.000 kg/ha, una cifra difícil de alcanzar en el contexto actual. Este sector históricamente arrocero, experimentaría una retracción del 20 % del área. Cabe citar que, en el ciclo anterior abarcó 44.850 hectáreas (66 % del total provincial) y en esta campaña alcanzaría alrededor de 36.000 ha.

En el resto del área las perspectivas de siembra son similares y está conformado por:

.- El sector de represas, que el año pasado tuvo una participación del 22 % (15.000 ha);

.- El extremo norte del departamento La Paz —donde el riego proviene de tomas sobre los ríos Paraná y Guayquiraró y que representó el 12 % (8.000 ha).

Actualmente, los modelos climáticos para el verano anuncian que el Pacífico Ecuatorial permanecerá en estado de neutralidad y es un escenario favorable para el cereal. No obstante, en estos sectores, el rendimiento de indiferencia es elevado (alrededor de 8.800 kg/ha), durante el ciclo 2024/25 que tuvo rendimientos de buenos a muy buenos, el promedio del tipo largo fino fue de 8.700 kg/ha. Esto configura un escenario ajustado, en el que cualquier pequeña disminución en rendimiento puede tener un impacto económico considerable.

Según el SIBER, algunos colaboradores mencionan la posibilidad de un aumento en la superficie sembrada con arroz tipo comercial largo ancho. Esta variedad representó el 13 % del área en el último ciclo (8.800 ha) y, aunque su potencial de rendimiento es menor que el del largo fino, su cotización no ha sufrido una caída tan drástica (550.000 $/t en julio del 204 a 350.000 $/t en junio del 2025). Para este tipo comercial, el rendimiento de indiferencia en zonas de pozos, se estima en 6.000 kg/ha.

Análisis económico en el arroz para el ciclo 2025/26

En Entre Ríos, los productores de arroz atraviesan una delicada situación económica de cara a la nueva campaña. Si bien en el ciclo 2024/25 se alcanzó el mayor rendimiento promedio registrado en la provincia, con 8,3 toneladas por hectárea, el contexto actual se caracteriza por una caída sostenida en los precios del cultivo, acompañada de un aumento en los costos de producción.

Los precios del arroz cáscara muestran una tendencia bajista desde el pico alcanzado en enero de 2024. En términos interanuales, la cotización en pesos por tonelada del arroz largo fino se redujo un 50 %, mientras que la del tipo largo ancho cayó un 36 %. Esta baja está influida por la tendencia descendente de los precios en el mercado internacional desde comienzos de 2024, efecto que se acentúa aún más en el mercado local. La Figura 1 muestra la evolución de los precios en pesos por tonelada de arroz, según datos del Ministerio de Economía.

En cuanto a los costos, estos evolucionaron en sentido contrario a las cotizaciones: debido a la alta inflación registrada, aumentaron significativamente los insumos clave. El costo de la energía para riego se incrementó un 21 % en el caso del gasoil y un 103 % en la electricidad. Además, los precios de los herbicidas subieron un 38 % y los fertilizantes un 37 % en términos interanuales.

En este nuevo ciclo, los productores arrendatarios deberán invertir alrededor de dos millones de pesos por hectárea (según el sistema de producción), sin contemplar los costos de secado ni de transporte.

El caso del tipo comercial largo fino

En la provincia predomina la producción de arroz tipo comercial largo fino, con un precio de comercialización cercano a 200.000 $/t. Si en esta nueva campaña se replica el alto rendimiento observado en la última campaña, al considerar también los costos de secado y de flete, se observa que en el caso un campo propio ningún tipo de producción resulta viable económicamente. Además, los productores de campo arrendado experimentarían pérdidas económicas que inician desde el 19 % para quienes producen con riego por represas, hasta pérdidas del 25 % para los productores con riego por pozo con motor eléctrico o quienes producen empleando pozo con motor a combustión.

El caso del tipo comercial largo ancho

La caída en el precio de este tipo comercial fue más suave que la del tipo largo fino, actualmente con una cotización de 350.000 $/t. Sin embargo, los rendimientos de este cultivo suelen ser menores al de tipo largo fino. Si se replica el buen rendimiento observado en la anterior campaña, los productores de campo propio experimentarían beneficios en torno al 20 % para un sistema de represa con riego a combustible, mientras que los productores con riego por pozo con motor eléctrico o quienes producen empleando pozo con motor a combustión experimentarían un resultado positivo de alrededor del 3 %.

Como contracara, si consideramos el costo de la tierra, los productores de campo arrendado experimentarían pérdidas económicas que inician desde el 10 % para quienes producen con riego por represas, hasta pérdidas del 12 % para los productores con riego por pozo con motor eléctrico o quienes producen empleando pozo con motor a combustión.

Con precios históricamente bajos y costos en aumento, el arroz enfrenta una de las campañas más desafiantes de la última década. Aun alcanzando rendimientos récord, la rentabilidad no está garantizada, explicando en gran parte la caída en la intención de siembra. En este contexto, la evolución de los precios será clave para definir la rentabilidad del productor.

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