En una visita de Campo en Acción, Orlando nos contó una parte de la historia familiar en la región:
“Acá comenzamos con esa tarea de preservar nuestro suelo y lo hicimos por una necesidad imperiosa, ya que estaban totalmente degradados. No es una crítica que los que estuvieron anteriormente porque ellos no tenían el conocimiento. Nosotros pudimos hacer ese trabajo gracias a la presencia activa de INTA”, nos comenta Orlando.
“En ese momento, venían los técnicos de la Agencia del INTA, Nobel Babboni, Egidio Scotta y Daniel Welschen, quienes nos ayudaron mucho, ya que no teníamos los recursos para hacerlo y con la colaboración de mucha gente lo hicimos, era un problema que a nuestros abuelos ya preocupaba. Ellos nos decían que la tierra estaba produciendo menos, que así no se podía seguir, en tiempos donde no había tecnología para preservarlos. “Y es simple, nosotros tenemos que adaptarnos a la naturaleza”, reconoce el productor
En un principio no fue tan fácil hacer las primeras terrazas, no entendían de qué se trataba, luego se fue difundiendo gracias a la colaboración periodística- la sociedad fue conociendo de qué se trataba conservar el suelo.
Es necesario decir que cuando hablamos de conservación de suelos -nosotros que somos descendientes de inmigrantes- hablamos del terruño, es decir, nosotros conservamos la tierra para hacerla producir y fundamentalmente para conservar nuestra historia.
¿Qué piensa hoy de las buenas prácticas en la agricultura?
“Está muy bien que la gente se preocupe pero la realidad es que hoy hay gente muy experta con muchos conocimientos. Las cosas si se hacen bien y con responsabilidad no hay problema. Lo que ocurre es que algunos no hacen las cosas bien y se nos perjudica a todos”, reflexiona Hergenreder.
“Muchos hablan de ambiente como una moda, pero nosotros conocemos el ambiente, somos hijos de la tierra, no queremos hacerle mal a la tierra. Esa es la realidad”.
El hombre tiene que reencontrarse con la naturaleza porque con los avances de la tecnología y la ciencia hicieron que el hombre piense que puede pasar por encima al a naturaleza, y no es así, un ejemplo son los desmonte indiscriminados, el llegar al monocultivo de la soja, que no era necesario.
“Escucho también sobre la seguridad alimentaria, si se quiere eso tiene que seguir habiendo rostros humanos en la agricultura, que no se pierdan los hijos de la tierra. Creo que la sociedad en conjunto tiene una pequeña deuda, es necesario la sabiduría del dialogo con la sociedad”, no comenta el productor.
Características del establecimiento
El establecimiento lleva el nombre San Luis, en honor al abuelo. Mis padres llegaron por el año ´51 vivieron en una economía regional. A partir de 1966 empezó a hacer tambo con fines comerciales, “lo empezó papá con mis hermanos mayores”, recuerda Orlando.
Tenemos alrededor de 100 hectáreas con 75/80 vacas que estamos ordeñando. Teníamos más pero la crisis hizo que tengamos que reducir en cantidad y sostener la tarea.
Este año con la sequía se hizo muy difícil, si bien estamos acostumbrados al clima, lo que afectó fuertemente la actividad productiva, fue la tremenda crisis económica, porque gran parte de los insumos que utilizamos están en dólares y nosotros vendemos en pesos, eso produce un desfasaje económico. Pese a eso tuvimos un invierno bastante bueno, hoy los maíces están muy lindos así como también las praderas y eso equilibra un poco la cosa.
El Tambo es arraigo a la tierra
Lo que hace falta que tengan mayores cosas como por ejemplo el tema de los caminos tiene que estar solucionado. Uno quiere incentivar a los jóvenes, vivir en el terruño es algo muy lindo.
Los jóvenes están conectados con el mundo, nosotros tenemos ese contacto humano, ellos ahora ven otras realidades. La tecnología va a entrar, nosotros empezamos ordeñando a mano, luego ingresaron las primeras ordeñadoras, las líneas de leche, las instalaciones modernas. Ahora llegan tecnologías innovadores, ahora sería importante facilitar las líneas de financiamiento.
Dificultades y desafíos hubo siempre, uno es acceder a nuevas tecnologías vía asociativismo. Está bien que la gente joven piense en eso porque cada tiempo marca su impronta.
Por último reclamó que “es necesario también una economía ordenada y que podamos prever hacia el futuro, no en meses sino en años”, finalizó.