El control de enfermedades fue uno de los temas que capturó la atención de todos quienes se sumaron a la Jornada Técnica de Cultivos Invernales que organizaron desde la Facultad de Ciencias Agropecuarias, la Experimental Paraná de INTA con el respaldo de la Bolsa de Cereales y la Cámara Arbitral.
Sucede que ha mucho en juego en esta campaña triguera modelo 2022 y el manejo sanitario es una de las claves para ganar. “Avanzamos muchísimo en manejo de enfermedades, sobre todo de las royas. Ahora abordamos las manchas foliares del trigo, algo más complicado. La frecuente y dominante en la provincia es la mancha amarilla. Los productores aprendieron a identificarlas muy bien” sentenció Norma Formento, experta y referente en la materia.
Incluso valoró que “crecimos en esta asociación de patólogos de diferentes lugares del país y la información está disponible para atacar las royas, desde sus variedades susceptibles y resistentes hasta el momento de definir su intervención química”.
Sin embargo, subrayó que “el enemigo a combatir son las manchas foliares que están desde hace 20 años, pero que en los últimos cincos se notan más porque logramos controlar a las royas”.
La experta especificó: “Conocemos la planta de trigo y tenemos que saber dónde se esconde nuestro enemigo, el hongo que genera la mancha amarilla. Se queda en el suelo, en la semilla, podría estar en alguna gramínea que rodea el campo y que sea hospedante. Debemos atender esta problemática que hoy nos tiene muy ocupados y preocupados”.
Reveló a Campo en Acción que la inmensa mayoría de las consultas que reciben los profesionales están ligadas a mancha. En consecuencia afirmó que “debemos hablar del complejo de manchas foliares, la amarilla es la primera que se detecta, pero luego aparecen las otras que se ven en todo el ciclo y cada una tiene comportamiento distinto”.
Enumeró que, para combatir estos patógenos, la sanidad de la semilla es esencial y la fertilización nitrogenada es fundamental, tanto como la elección del lote. Sumó la utilización de fungicidas curasemillas y manejo nutricional del lote influye. Contó que hay estudios disponibles que dejan saber el impacto positivo de cada estrategia.
Casi al finalizar tiró que “estos patógenos poseen una predisposición a mutar, cosa que no sucede con la roya. Por eso la eficacia del control químico es diferente”. Y remató con un clásico suyo al decir que “el efecto positivo de la fertilización sobre un cultivo siempre es más importante que un incremento de una determinada enfermedad”.