Moha forrajera, cultivo estratégico ante la incertidumbre climática

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INTA desarrolló los únicos cultivares de origen nacional de la forrajera.

La producción de Moha forrajera se presenta como un recurso estratégico para la presente campaña. Con pronóstico de incertidumbre climática, este cultivo de verano plantean un desafío a la estabilidad de los sistemas ganaderos.

Desde el punto de vista nutricional, el forraje de moha es un alimento energético que aporta principalmente fibra efectiva.

Las crecientes probabilidad de condiciones hídricas limitantes para la producción de forraje durante este verano, debido al fenómeno de “Niña”, plantean un desafío a la estabilidad de los sistemas ganaderos.

Ante este panorama, el cultivo de moha se destaca como un recurso estratégico para estabilizar la producción forrajera debido principalmente a su excelente tolerancia ante las contingencias climáticas estivales.

“La moha es un cultivo que ofrece alto potencial de producción de forraje con adecuada calidad nutricional en un corto período dado entre 55-70 días de siembra a cosecha”, explicó el ingeniero agrónomo Julio Velazco, especialista del INTA.

Su rápido crecimiento, su flexibilidad en cuanto a fecha de siembra (de octubre a enero) y su tolerancia a las condiciones restrictivas del verano sitúan a la moha como una fuente estratégica de forraje.

“Puede ser utilizada eventualmente como verdeo de emergencia para cubrir los baches estivales de producción de forraje propios de las pasturas. Aunque su principal uso recomendado es mediante la confección de reservas que contribuyen a estabilizar la oferta forrajera a lo largo del año“, dijo el técnico.

Entre sus ventajas adicionales, desde el punto de vista del manejo, se encuentran el bajo costo de implantación y mantenimiento ya que es un cultivo muy rústico que normalmente no requiere gastos de protección ante enfermedades y plagas.

Velazco, dijo por otra parte que su corto período de ocupación del lote permite incluir a la moha en planes de rotación corto o de doble cultivo (por ejemplo, en combinación con un maíz de segunda para silaje).

La moha es un cultivo que ofrece alto potencial de producción de forraje con adecuada calidad nutricional en un corto período (55-70 días de siembra a cosecha).

“Sumado a lo corto de su ciclo, la alta competitividad del cultivo frente a las malezas de verano hace de la moha un excelente cultivo antecesor de pasturas perennes y verdeos de invierno ya que permite realizar un buen barbecho”, resaltó.

Además, en un trabajo presentado por el ingeniero, desde el punto de vista nutricional, destaca que la moha forrajera es un alimento energético que aporta principalmente fibra efectiva.

“Esta contribuye a estabilizar las fermentaciones ruminales, siendo un factor imprescindible para las dietas ricas en granos o cuando se pastorean forrajes muy tiernos y acuosos”, aseguró.

En línea con estas ventajas estratégicas del cultivo de moha forrajera, el INTA ha desarrollado tres cultivares mejorados y altamente adaptados, que además son los únicos cultivares fiscalizados de origen nacional.

A través de estos cultivares, el organismo brinda a los productores una herramienta adicional para la toma las decisiones estratégicas. Estos permiten aumentar la rentabilidad, la estabilidad y la previsibilidad en sistemas de producción de carne y leche o bien sistemas mixtos donde conviven la agricultura con la ganadería intensiva.

Se trata por un lado de Nará INTA, un cultivar nuevo, que se destaca por su máximo potencial de rendimiento forrajero (20-30% superior al resto de los cultivares de Argentina), debido principalmente a su ciclo más largo (10-15 días más tardío).

Además, se encuentra Yaguané Plus INTA. Un cultivar derivado del tradicional cultivar Yaguané INTA, seleccionado por alta producción de materia seca y su amplia adaptación a los distintos sistemas productivos de Argentina.

Por último, el especialista, mostró a Carapé Plus INTA; una moha derivado del tradicional cultivar Carapé INTA. Fue seleccionado por su mayor potencial y estabilidad de rendimiento en los ambientes menos productivos y por su mayor calidad forrajera.

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