Un relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires sobre aplicación de tecnología en los campos de Argentina señaló que el consumo de fertilizantes en la campaña 2022/23 alcanzó un valor de 3.58 millones de toneladas (M Tn) registrado una reducción frente a las campañas 2019/20, 2020/21 y 2021/22 para los seis principales cultivos.
Consignan que el sector agropecuario argentino ya venía manejando tales pronósticos, respecto al uso de tecnología aplicada a los principales cultivos extensivos, que había sido bastante menor durante el último año agrícola.
Este estudio indica que la menor oferta de productos aplicados fue del 21%, y que se debió principalmente a la menor disponibilidad hídrica en el suelo y desalentadores pronósticos de precipitaciones futuras principalmente.
Los mayores volúmenes aplicados de fertilizante se relevaron en la zona Núcleo Norte, Núcleo Sur y Sudeste de Buenos Aires. Trigo y maíz, siguen representando la mayor proporción en el mercado total de fertilizantes, mientras que sorgo la menor.
El estudio develó además que la fertilización nitrogenada registró un descenso, rompiendo la tendencia positiva iniciada en la campaña 2014/15. Cebada, trigo y maíz siguen presentaron las mayores dosis de nitrógeno aplicadas. Por otro lado, el aporte de nitrógeno en soja proviene principalmente de la fijación biológica, y en menor medida de las fuentes fosfatadas o sulfatadas que se aplican.
En relación con la fertilización fosfatada, las dosis disminuyeron en casi todos los cultivos con excepción a soja y trigo.
En la campaña 2022/23, maíz y trigo en conjunto representaron el 79% del mercado de fertilizantes nitrogenados. Por otro lado, dentro del mercado de fertilizantes fosforados, el cultivo de soja representó el 41%, mientras que trigo y maíz en conjunto tuvieron una participación del 47%.