Las pérdidas de cosecha son un factor que el productor, por lo general, deja para lo último entre sus labores de preparación de la recolección de granos. Y sabido es que, desde el punto de vista del cabezal, un implemento en mal estado o regulado genera hasta el 70% de las pérdidas.
“Muchas veces, se regula muy bien la cosechadora pero hay que abrir bien los ojos al regular el cabezal. Porque por ahí se van muchos granos”, contó a Campo en Acción Gabriel Rizzoti, gerente comercial de Maizco.
Desde la posición que le da trabajar en una compañía con 70 años de experiencia en el campo, el ejecutivo aportó que “el objetivo es minimizar pérdidas yy ahora nos enfocamos en maíz tardío, que se cosecha seco y tiene una tendencia a pérdidas de espigas y vuelco. Los cabezales por ahí no estaban del todo listos para esta evolución del cultivo y, en consecuencia, lanzamos un nuevo modelo, Premium 2022 que es bien eficiente; le damos al cliente algo mejor de lo que le ofrecíamos antes fruto del cambio en el cultivo”.
Describió que el nuevo implemento trata mejor a la planta, le da más tiempo dentro del cabezal para que la espiga caiga adentro en caso de suceder algo inesperado. Precisó que corrigieron detalles y quedaron aptos para maíz tardío y también los de primera y segunda.
Aportó que, en cuanto al maicero, la tendencia a cambiar la distancia de siembra generó nueva necesidad, de cabezales de múltiples prestaciones en ese sentido y distancias. En tal sentido ahora cuentan con un implemento capaz responder a la necesidad del sembrador, incluso levantadno bien la cosecha sobre curvas de nivel, cabecera yy plantas volcadas.
Al hablar de girasol dijo que se ven cabezales viejos, que deberían estar desuso, que no sintonizan con la recuperación del área sembrada. En ese caso, su recomendación es tan simple, como contundente: “Trabajar con un cabezal nuevo le da seguridad de cosecha al productor que invirtió un importante capital en su cultivo”.