Analizar el comportamiento del mercado de reproductores al cierre de cada campaña aporta datos interesantes en relación a las expectativas del sector. Si bien no deja de ser un ejercicio complejo dada la diversidad de variables involucradas en la compra, realizar el seguimiento de los valores promedio negociados así como también de los volúmenes de venta, permite tener una referencia de cómo se posiciona el sector en relación a años anteriores y frente a las expectativas futuras del negocio.
Claramente, en los últimos dos años el clima ha sido un factor clave en la decisión de compra de un reproductor. La extrema sequía que se registró el año pasado y que volvió a recrudecer durante este otoño-invierno prolongándose hasta la llegada de las primeras lluvias de fines de octubre, afectó severamente la dinámica de este mercado. La reducción de los campos llevó a muchos productores a achicar el número de vientres, obligando a su vez a destinar mayor cantidad de recursos a la suplementación. Esto último ha sido un factor no menor en la asignación del presupuesto de compra y reposición de toros.
Si bien, desde lo económico, la baja de la inflación y la reducción de tasas que se dio este año contribuyó a mejorar las condiciones de venta ofrecidas facilitando la concreción de negocios, la realidad es que hasta tanto el clima no marcó un cambio significativo en el patrón que venía mostrando, el mercado no logró encontrar un mayor dinamismo.
Estadísticas privadas que surgen de las ventas de reproductores realizadas en los principales remates y exposiciones del país, reflejan una recuperación de los valores en torno al 20% respecto de los promedios registrados el año pasado, medido en kilos de novillo. Históricamente, el valor medio de un reproductor ha fluctuado entre los 2.000 y 2.500 kilos de novillo. El año pasado, estos promedios terminaron ajustando a pisos de 1.760 kilos lo que significó una retracción del 30% en relación a los 2.500 kilos alcanzados en 2022. En lo que va de la presente campaña, con datos actualizados hasta el mes de noviembre inclusive, el valor promedio de los reproductores logra recuperar terreno posicionándose en un valor medio equivalente a los 2.110 kilos de novillo.
En lo que respecta a volúmenes, datos provenientes del movimiento de toros con destino cría/reproducción informados por el Senasa dan cuenta de un nivel de actividad significativamente superior al registrado el año pasado. De enero a noviembre, según los DTe, fueron trasladados con este destino unos 90.600 reproductores machos, dato que lo sitúa un 25% por encima de lo registrado en igual período de 2023, marcando el mayor volumen de traslados de los últimos 6 años en los que se dispone de estos registros.
Por lo tanto, la recuperación en valor de los reproductores sumado a la mayor cantidad de traslados registrados, conforman un balance positivo que refleja el tono de expectativas con las que trabaja actualmente el sector.
No obstante, más allá de la referencia que nos puedan aportar los promedios anuales como una mirada general del posicionamiento actual del mercado, es importante también analizar el comportamiento que han tenido durante el año los valores que se utilizan como referencia, en este caso el precio del novillo.
En este sentido, sin soslayar esta recuperación parcial de valores que estamos observando, lo cierto es que el precio del novillo que utilizamos como medida de referencia, ha estado registrando en los últimos meses un importante retraso en términos reales, llegando a octubre/noviembre con retrasos de entre el 18% y 20% en relación a los valores registrados un año atrás. Luego de las subas registradas en las últimas semanas, que posicionan al Inmag en torno a los $2.250 el kilo, el valor actual de los reproductores, a precio de hoy, termina ajustando a 1.700 kilos de novillo, considerando un rango de valores de 3,8 a 4,2 millones de pesos por reproductor.
Del mismo modo, si analizamos la relación de reposición entre el valor de un reproductor para ingreso a servicio contra el valor de mercado de un toro de descarte con destino faena -relación que históricamente fluctuó entre los 4 y 5 toros por reproductor-, al anualizar los promedios, este año nos posicionaríamos en un punto medio de 4,6. Sin embargo, a valores de hoy, un reproductor se puede reponer con el producto de la venta de entre 2 y 3 toros de descarte que, para faena se llega a pagar más de $2.000 el kilo.
Finalmente, medido en términos de terneros que es en definitiva la moneda de cambio para el productor vemos que, lo que históricamente se pagaba con la venta de entre 8 y 10 terneros, este año la relación promedio se estaría situando en un término medio. Sin embargo, al analizar los últimos tres meses, donde precisamente se concentra el momento de mayor movimiento de toros, los valores de intercambio se muestran aún más favorables. En concreto, la reposición de un toro se llegó a pagar con el resultado de la venta de 7 a 8 terneros de 200 kilos, sin contemplar las reciénteses subas de la invernada que posicionan al ternero por arriba de los 2.800 el kilo.
Este es otro dato que abona la firmeza que se proyecta en adelante para la cría, con un producto que en términos de intercambio favorece la inversión en genética al tiempo que mejora significativamente la rentabilidad del negocio. Fuente: Jorge Pérez, asesor comercial y ganadero de Cabañas Integradas Santafesinas.