A nivel nacional

Los productores apícolas trabajan al límite de la rentabilidad

Actualidad
La situación del mercado de miel siempre es una preocupación dentro del ámbito de los productores, pero todavía más durante esta época, cuando los tambores comienzan a llenar y a depositar en los galpones a la espera de ser comercializados.

El precio no alcanza, pero además las cosechas no acompañan por lo cual el combo termina siendo muy explosivo para el bolsillo del apicultor.

La situación del mercado de la miel siempre es una preocupación dentro del ámbito de los productores, pero todavía más durante esta época, cuando los tambores se comienzan a llenar y a depositar en los galpones a la espera de ser comercializados.

Al respecto, PORTAL APÍCOLA pudo dialogar con apicultores y también exportadores de nuestro país, quienes manifestaron que la tendencia se fue desplazando un par de meses y que en la actualidad el mayor flujo comercial suele darse en Abril y no en Enero como ocurría en años atrás, pero además es importante resaltar que temporadas anteriores, ya para fines de Diciembre o comienzos del mismo Enero, los apicultores tenían comprometida una buena parte de su producción, ya que los contratos con el exterior se cerraban antes y el nivel de demanda era superior.

Ahora, aseguran las partes, el juego de especulación es mucho mayor, y recién la tendencia parece marcarse ya con la zafra a punto de dar sus últimos pasos hacia el cierre.

¿Cuánto vale?

Para tener un panorama mucho más concreto sobre el tema, desde nuestra redacción nos comunicamos con apicultores de distintos puntos del país, quienes sin dudarlo afirmaron que el precio hace al menos dos meses que no se mueve, es decir que se encuentra estancado en un piso que está en el orden de los 61 a 62 pesos, y un techo que salvo casos muy puntuales no sobrepasa los 65, esto por mieles claras, y con la salvedad que no se están llevando a cabo grandes operaciones comerciales, respondiendo principalmente a que los compradores internacionales, principalmente Estados Unidos que es quien define el movimiento de nuestro mercado, primero especulan con la miel propia que tienen, y luego optan por adquirir una producción a precios más accesibles. Lo mismo por supuesto pasa con la Comunidad Europea, y esa irrupción occidental de miel china que ha producido un gran desbarajuste a nivel internacional del cual, pese a las prohibiciones a las amenazas de sanciones, todavía no se puede salir.

Por otra parte, los valores que se manejan por mieles más oscuras están en el orden de los 58 a 62 pesos, siempre considerando cada operación de manera particular, tal como destacamos habitualmente.

¿Cuánto debe valer?

Con el dólar merodeando siempre los 40 pesos, los valores actuales de la miel oscilan entre el dólar con cincuenta y el dólar con sesenta el kilo, es decir claramente por debajo de la media histórica que siempre fueron los dos dólares y que hoy representarían un valor por kilo que estaría en el orden de los 80 pesos.

Precisamente al ser consultados por nuestro, los apicultores coincidieron en su mayoría en indicar que con los precios de los insumos de producción, los cuales se “dispararon” en el último tiempo, la miel debería estar en el orden, como mínimo de los 70 a 72 pesos para asegurar una rentabilidad sin mayores sobresaltos, ya que en la actualidad el costo de producción por kilo estaría oscilando entre los 54 y 55 pesos aproximadamente.

Más allá de estos números contundentes, agregaron que el problema pasa también por la productividad, ya que hoy en el mejor de los casos se está cosechando entre 25 y 30 kilos de miel por colmena, con el agregado que en algunos casos puntuales apenas se obtienen 15 o 20 kilos, lo cual dificulta todavía más el panorama, principalmente para aquellos productores que manejan un volumen que va desde las 150 hasta las 400 o 500 unidades, es decir que son demasiado grandes para ser considerados apicultores chicos o hobbistas y no tienen una estructura suficiente para ser considerados grandes, es decir con la suficiente espalda para poder aguantar momentos de crisis como los que lamentablemente se vienen dando temporada tras temporada.

Pese a estas necesidades, la realidad actual indica que el precio no se movería demasiado, al menos en el corto tiempo y por supuesto la productividad no aumentaría, sino todo lo contrario la tendencia indica que los rindes van camino a ser cada vez menores.

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