Los falsos fletes tienen a mal traer a todas las exportadoras de granos

Actualidad
Fijan en 138 millones de dólares las perdidas por fletes en varios puertos.

En los primeros cinco meses del año, las condiciones hidrológicas adversas repercutieron en el comercio exterior, debido a las menores cargas en los barcos. También hubo castigos de precios por incumplir obligaciones comerciales con otros países.

De los casi 280 millones de dólares en pérdidas por la bajante del Paraná, 138,25 corresponden a un aumento de costos por los denominados falsos fletes, que es la imposibilidad de cargar los buques de menor capacidad a tope.

En rigor, la bajante extraordinaria del Río Paraná provocó pérdidas en la exportación de granos y derivados por 279.689.670 millones de dólares en lo que va de este año, como consecuencia de la menor cantidad de carga en los barcos.

Los navíos deben completar los viajes en otros puertos y además hubo “castigo” a los precios FOB argentinos, por los incumplimientos comerciales con otros países debido a las complicaciones logísticas.

Estas embarcaciones no pudieron completar sus cargas en puertos ubicados más al sur del país o en Brasil, producto de que su remanente no justifica económicamente amarrarlas en otras terminales, lo que produjo que “se vean obligadas a salir a ultramar con menor mercadería en la bodega”.

Por otro lado, el documento de la entidad bursátil añade que los buques de mayor capacidad suelen completar las cargas con mercadería ubicada en los puertos al sur sobre el Océano Atlántico como Quequén, Necochea y Bahía Blanca.

“Si bien esta es una práctica habitual en años normales, producto de que los buques de mayor porte y calado no pueden cargarse en plenitud en los puertos del Up-River por su calado de diseño, la bajante obligó a incrementar esta carga adicional”, recalcaron los técnicos de la entidad, lo que significó un costo extra de 115,6 millones de dólares que deben pagar exportadores argentinos.

En tanto, el costo por menores precios de exportación para el aceite y la harina de soja nacional, asociados al riesgo, asciende a 25,8 millones de dólares.

“Existe un castigo en el precio de estos productos argentinos que se traduce en una presión a la baja de las primas FOB argentina en relación con otros orígenes, como el brasileño”, puntualizó la entidad.

Con todo, la mejora del caudal de agua del Paraná es una buena noticia para la agroindustria, en plena recolección de granos gruesos.

En ese sentido, el Instituto Nacional del Agua (INA), detalló que si bien las condiciones son, en general, mejores que las observadas en 2020 y 2021, la perspectiva climática “aún no permite establecer un límite temporal del escenario de aguas bajas predominantes iniciado en marzo de 2020″.

A mediados de enero, el INA indicó que el río registró -44 centímetros sobre el nivel del mar, un nivel que no se alcanzaba desde el año 1944.

La bajante histórica que comenzó en marzo del 2021, no sólo provocó consecuencias económicas sino también cambios en la vida ambiental, productiva y social de las ciudades que se encuentran ubicadas a la vera del río Paraná, en distintas provincias.

Además, afectó la fauna al dejar seco el valle de inundación, produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web