“Es clave el manejo integrado para el control de enfermedades, hay que evitar las monodrogas”

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Adelki Altamirano nació y se crió en El Palenque, departamento Paraná; cursó la secundaria en la escuela agrotécnica Las Delicias y se decidió por estudiar Licenciatura en Genética en Posadas, Misiones. Campo en Acción visitó al profesional para conocer más sobre su experiencia al frente de la empresa IBIA.

Altamirano contó que, luego de recibirse de técnico en Producción Agropecuaria, decidió junto a un grupo de amigos enfrentar el desafío de estudiar Genética en la Universidad Nacional de Misiones. “Al terminar la universidad, me volqué hacia la genética aplicada, siempre con la idea de volver a El Palenque para poder aplicar el conocimiento adquirido para desarrollar bioinsumos”, precisó, agregando a esto que al conocer mucha gente de la zona, pudo volcar su conocimiento a la elaboración de productos aplicados a la realidad productiva de Entre Ríos.

El licenciado explicó que IBIA significa Industria de Biotecnología Aplicada, y que se trata de una empresa familiar que nació en el 2014: “A partir de ahí con recursos genuinos hemos encarado el desarrollo y puesta en marcha del laboratorio. Los productos que desarrollamos son bioinsumos de uso agrícola, producción de microorganismos a base de bacterias que se aplican en la siembra de soja, alfalfa, trébol, vicia y arveja; eso con respecto a la producción de bacterias fijadoras de nitrógeno”.

Sumó a esto que “por otra parte, estamos trabajando con bioestimulantes a base de azospirillum y pseudomonas; como también bioinsumos orientados hacia los biocontroladores de hongos beauveria, metarhizium y tricoderma; que se están aplicando cada vez más en las siembras tanto de trigo como de soja”.

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Nota Adelki Altamirano -- IBIA.MTS.mp3

El profesional sostuvo que desde IBIA tienen siempre en cuenta la cuestión ambiental, analizando que microorganismos pueden colaborar con el control de las enfermedades cumpliendo el rol de biocontroladores “para que exista otra alternativa aparte de los productos químicos. Siempre trato de aportar algo cuando charlamos con otros profesionales: considero muy importante el manejo integrado para el control de las enfermedades, usar productos químicos y biológicos para el tratamiento y no caer en la monodroga para tratar los cultivos”.

Consultado acerca del trabajo en la zona, Altamirano afirmó que se encuentran aplicando nuevos productos que están usándose en trigo para ver su eficiencia en lo que es el aporte de nutrientes: “Hacemos trabajos comparativos para analizar fertilizantes -químicos o de tipo NPK o sea nitrógeno, fósforo y potasio-, y por otra parte una mezcla de microorganismos”.

Asimismo, aprovechó la oportunidad para agradecer a ex compañeros de la escuela Las Delicias que hoy en día son ingenieros agrónomos “y a través de ellos he podido ir creciendo mucho como profesional. Les estoy muy agradecido porque sin ellos es muy difícil poder insertarse en esta actividad”.

Finalizando, el especialista informó que el principal producto de IBIA es el inoculante para soja, pero que van incorporando nuevos productos constantemente. “Nuestro laboratorio está habilitado para hacer inoculantes de uso agrícola y también aditivo alimenticio animal. En ese sentido, estamos produciendo lo que es el inoculante para silaje, que es un lactobacilus que se aplica en los picados de maíz, sorgo o gramíneas que tiene la ventaja de acidificar de alguna manera todo el material, y conservar durante mucho más tiempo el forraje”, añadió.

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