Los popes confirman el paro de comercialización desde las cero de este lunes y hasta las 24 horas del miércoles. El entrerriano Jorge Chemes, titular de Confederaciones Rurales Argentinas, confimó la medida de fuerza en rechazo a la prohibición a la exportación de maíz definida por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación.
Chemes integra la mesa de tres entidades gremiales que impulsan esta protesta y sus declaraciones van en sintonía con lo dicho por Carlos Acehtoni, de Federación Agraria y Daniel Pelegrina, de la Sociedad Rural. La otra grande del sector, Coninagro, decidió no acompañar el paro de sus entidades colegas.
Achetoni dijo que el cierre de exportaciones sigue vigente y que en consecuencia el cese de comercialización no se levantará. Es más, los dirigentes prevén emitir un parte de prensa conjunto dejando en claro que no cambiarán de parecer hasta que se reabra la exportación. La duda viene a cuento de que el ministro Luis Basterra dijo a empresarios del Consejo Agroindustrial que evalúa dar marcha atrás con la determinación, una vez que confirme que hay granos suficientes en stock para atender la demanda interna.
Hay que reiterar que la intervención oficial en el mercado, rechazada por la mayoría de las entidades gremiales, se fundamentó en la necesidad de asegurar el abasto de granos a sectores de la producción animal como la ganadería vacuna a corral, los porcinos y la avicultura. En medio pasó que desde el Consejo afirmaron que esa provisión está garantizada sin que medie restricción a la exportación. En definitiva, la discusión quedó sobre tablas y el paro se confirmó.
"Es lamentable la decisión de ir a un paro", dijo en ese marco Eduardo Buzzi, dirigente radical y expresidente de la Federación Agraria Argentina. Incluso contó que lo sorprendió la adhesión federada y sostuvo que "lamentablemente, hoy se impone un sector que alienta la protesta más allá de la lógica política y de la negociación que está abierta".
Mientras tanto, este fin de semana, productores de diferentes entidades convocantes a la protesta realizaron asambleas para dar mayor apoyo político a la queja. La hecha en la ciudad de Pergamino fue la más sonada y desde donde se apela a mantener el cese de comercialización más allá que Basterra rectifique su decisión y reabra las aduanas para que salga al mundo el maíz argentino.