En los últimos días de un año que no fue uno más para los ruralistas, el presidente de la Sociedad Rural Gualeguaychú José Colombatto realizó un balance de lo que vivió el sector en 2018, en el cual volvió a criticar las medidas que consideró injustas para el campo y pidió acción por parte del Estado para solucionar problemas que vienen desde hace años.
Y uno de los puntos en los que puso más énfasis fue un pedido de más larga data por parte de los ruralistas, como es el estado de los caminos rurales o de la producción, que tras los últimos temporales volvieron a quedar intransitables.
“El Estado debe tomar conciencia de lo fundamental que es un camino rural, donde vive gente que en más de un caso dejó un trabajo o bien optó por llevar a su familia a la ciudad, quedándose sólo en el campo. El campesino tiene miedo que algún familiar se enferme y que por el estado de los caminos no pueda salir a buscar ayuda”, recalcó en declaraciones a ElDía
El departamento Gualeguaychú tiene un poco más de 700.000 hectáreas y 2200 kilómetros de caminos, con un elevado porcentaje de trazas viales que en tiempos de lluvias se tornan intransitables. “Este es un tema que el político no dimensiona como corresponde, pese a que en los discursos de campaña siempre se habla del éxodo rural, pero poco y nada se hace para que no se profundice”, afirmó.
En el balance que realizó, fue imposible obviar uno de los hechos que marcó a fuego al sector: la sanción en abril pasado de la ordenanza que prohibió el uso, acopio y venta de glifosato en todo el ejido de Gualeguaychú.
“Trabajamos para que el intendente Martín Piaggio revea la posición de no aplicar fitosanitarios en el ejido urbano, que tiene 17.000 hectáreas productivas. Hacerlo de una manera tan arbitraria, de un día para el otro, dejó mucha gente afuera del sistema productivo, sin la mínima posibilidad de reconvertirse o llevarlo a una actividad que le sea rentable. No fue una decisión acertada, y la misma pasa más por una cuestión política que por otra cosa. Hoy esos campos no presentan mejoras y se están poblando de espinillos”, denunció.
“En cuanto a los Gobiernos nacional y provincial, esperábamos que hicieran algo más por el campo, que viene soportando un duro castigo. En el caso de la lechería, el productor no tiene un horizonte claro, una perspectiva que le permita abrigar esperanzas. Genera bronca que no se le pueda encontrar la vuelta a un sector que es fundamental para el país, que arraiga gente en el campo y genera trabajo, en forma directa e indirecta, en los pueblos”, agregó Colombatto.
“La actividad ganadera venía remontando, y era una de las que mejor posicionada estaba, sin embargo los valores tienden a bajar, mientras que los costos no paran de subir. La vacuna contra la fiebre aftosa y la de la brucelosis pasó de cuatro pesos a treinta y seis, y ahora se habla de que podría llegar a cuarenta y siete, lo que sería una verdadera locura”, remarcó.
“El gasoil incide claramente en los costos de producción, y ya he perdido la cuenta de las veces que subió en lo que va del año. Todas las producciones que se encaran en el campo funcionan en base a los combustibles, ya sea en la parte agrícola, como en la ganadera y en otras economías”, manifestó.
El clima tampoco fue un aliciente durante 2018: “El factor climático jugó un papel preponderante en la producción, castigando con dureza al productor. El sector sufrió la sequía más atroz de los últimos tiempos, fenómeno que fue seguido de intensas lluvias, factores climáticos que incidieron en la producción y en el bolsillo de los chacareros”, señaló en declaraciones a ElDía.