La ruralidad también se expresa en su arquitectura y en ese contexto las construcciones de madera forman parte del paisaje de campo. Por su versatilidad, rapidez de obra, precio y calidad de vida las viviendas y salones hechos con madera se ven cada día más.

Joaquín Pereira integra la empresa El Picapalo, que desde hace 55 años se especializa en obras de este material. El ejecutivo contó que “es un sistema constructivo muy fácil y la instalación es rápida”, tanto que en una semana son capaces de montar una propiedad desde las bases.

Contó que “los modelos que usamos son variados, arrancan en 16 metros cuadrados y pueden llegar hasta donde lo necesite el cliente, 300 metros por ejemplo” y remató: “Nos piden desde una vivienda permanente a salones de eventos o un complejo turístico. De acuerdo a la necesidad del cliente ayustamos los detalles”.

La versatilidad es un aspecto que los identifica, además que, como dijo Pereira cuestan la mitad que una vivienda de material tradicional. Y de la humedad, un factor esencial, determinó que la empresa cuenta con materiales resistentes que generan una solución total al problema.

Incluso aportó que el único requerimiento de mantenimiento es darles una mano de pintura una vez al año y por fuera. “Cuidarlas y preservarlas en excelente estado no demanda mano de obra especializada, lo puede hacer cualquier persona”, sentenció.