La faena viene mostrando un gran volumen en lo que respecta al 2020 y a poco de finalizar el año marcó el récord de la última década. Con 1.243.000 vacunos, noviembre fue el mes con más faena.
Si se compara contra octubre, arroja una suba del 1,7% mientras que, en la comparación interanual, muestra un crecimiento del 3,1%. Desde Rosgan señalaron que, pese a la restricción de oferta aparente percibida en el mercado, la faena de noviembre no sólo resultó la más alta del año sino, además, la más alta en más de 10 años.
“En los primeros once meses de 2020 se faenaron unos 12,81 millones de animales, esto es un 1,2% más que lo registrado en igual periodo, un año atrás”, aseguró el informe.
Esta tendencia viene alcista desde los últimos cinco años, con un promedio que supera al de los últimos 15 años. “En lo que va del año la participación de hembras ronda el 46,3%, unos 2 puntos porcentuales menos en relación al año pasado. Si bien este sigue siendo un nivel elevado, el porcentaje viene descendiendo lentamente en los últimos meses para ubicarse ya dentro de un rango que permite vislumbrar cierta estabilización del stock nacional”, aseguraron desde Rosgan.
Sin embargo, mientras la faena total sube la faena de novillos desciende. “En los machos, la faena total viene creciendo, pero nuevamente con una importante retracción en novillos. Medido en el período enero-noviembre, la categoría perdió cerca de 480 mil animales en la faena”, aseguraron desde Rosgan.
Es decir, que, en términos relativos, la participación de los novillos en la faena total bajó del 12% al 8% en estos primeros 11 meses mientras que la de novillitos subió del 36% al 44%.
“En los últimos 10 años, hemos pasado de faenar en promedio unos 200.000 a 250.000 novillos mensuales a menos de 100.000 en los últimos 3 años. ‘¿Qué vemos detrás de semejante caída?’ Esencialmente falta de previsibilidad”, señala el informe realizado por Rosgan de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En este sentido, como motivos de esta situación se puede señalar que la producción de novillos, como toda producción de ciclo largo, requiere estabilidad, tanto política como financiera, reglas claras y sostenibles para proyectar. “Algo que nuestro país no ha podido ofrecer en los últimos años”, destacó el informe.
“Habiendo depurado ya gran parte del stock de hembras, la actitud del criador en relación a la demanda de vientres da claras señales de estar iniciando una transición de fase ganadera orientada hacia la expansión. Es entonces bajo esta perspectiva de oferta y ante una demanda externa aún en recuperación, donde este faltante de novillos vuelve a tomar protagonismo”, concluyó el informe sobre la faena en los últimos 10 años.