Para saber más del desempeño de la carinata modelo 2022 en Entre Ríos, Campo en Acción regresó al campo de la firma Los Guasunchos, de la familia Arnau, ubicado en inmediaciones de Antelo, Victoria. Los datos relevados justo en el momento de la cosecha, marcan que, sobre el lote en cuestión, de 112 hectáreas, el rendimiento promedio fue de 18 quintales.

Jordán Esterri, técnico Comercial de Agrofe Campo SRL, aportó que “la carinata vino para complementar, no para reemplazar a ningún otro cultivo de invierno. Se trata de diversificar la matriz productiva del campo”. Del caso puntual en Antelo valoró que la recolección comenzó con las plantas con una carga de humedad por debajo del 10%.

El experto sumó que el híbrido elegido, de Nuseed Semillas, fue sembrado el 18 de mayo luego de trillar una soja de primera. Detalló que previamente se aplicó un herbicida de contacto junto a un residual y tras la implantación agregaron 125 kilos de fertilizantes.

“Este híbrido es estable, de secado parejo y alto nivel de rendimiento” definió Esterri y remató con que en esta campaña no enfrentaron problemas de fuste ante las enfermedades fúngicas. En cambio dijo que la falta de agua y las heladas tardías perjudicaron al punto de evitarles llegar al umbral del rendimiento, que rondas los 20 quintales.

Para obtener las mejores marcas especificó que se impone encarar la recolección con mucha paciencia y recién después de someter a las plantas a un proceso de secado.

La previa de la trilla

A mediados de octubre Campo en Acción había informado que en 2018 la carinata empezó a ser tema de conversación entre quienes invierten en la producción de granos en la provincia bajo criterios de sustentabilidad. Las opciones de utilizarla como cobertura empezaron a valer al trazar comparaciones con vicia, colza, o arveja. Y así, como al descuido, se fueron sumando hectáreas hasta llegar a las 60.000 previstas en la próxima campaña. El asunto es que la carinata crece bajo severos criterios de sostenibilidad y, además, deja plata en el bolsillo de los agricultores.

Para saber más del asunto, en campos victorienses de Antelo, el semillero Nuseed y la firma Agrofe Campo realizaron una jornada donde se efectuó un recorrido en un lote donde abordaron numerosos temas técnicos y de manejo de un cultivo del cual aún hay mucho para aprender. En ese marco se mostró el comportamiento en la presente campaña de Nujet 400, el primer material híbrido que se desarrolló en Argentina.

Juan Ignacio Naput, representante técnico y comercial de Nuseed en Entre Ríos y Santa Fe contó: “Vemos un gran crecimiento y fidelidad de los productores que la eligen. Ofrece un grano apto para producir bioenergía para la industria aeronáutica y esa razón abre un escenario es cada vez más auspicioso”.

Especificó que el desarrollo del este cultivo se concreta desde un programa genético con base en Argentina; es decir, los híbridos están adaptados a los ambientes del país. Subrayó que el 100% de lo producido se exporta a Francia, donde se industrializa. Describió que “el contrato es por hectáreas, no por toneladas y la fórmula que define el precio premia las labores sustentables. Para la certificación el productor cuenta con un listado de insumos que puede usar en el lote, y cuáles no. Y suma que Argentina vende su carinata en el hemisferio norte, en contraestación”.

Al dar cuenta del primer híbrido puesto en el mercado, dijo que con esa simiente se cultiva no solo en Argentina, sino también en Paraguay, Brasil e incluso Estados Unidos. “Con este nuevo producto logramos que la planta tenga mayor potencial. Atrás de estas semillas hay una labor de investigación y ensayos muy importante. De ese modo estamos en condiciones de entregar la mejor receta para cada ambiente”.

Conrado Maag, técnico de Nuseed en la provincia, sentenció que la carinata no tiene techo: “Es una materia prima muy demanda en Europa fruto de la lucha contra la emisión de gases de carbono. Y no compite con los alimentos para los humanos. Con esas condiciones se abren amplias oportunidades de crecimiento. El objetivo es llegar a un millón de hectáreas en Argentina, recién vamos por 60.000 pero se crece a pasos agigantados”.

Por el andarivel del manejo, determinó que la implantación es clave, que hay que tener en cuenta el cultivo antecesor y la cama de siembra, pero no mucho más que eso. Y que se maneja como cualquier cultivo de semilla chica.