La actual planta de alimentos balanceados de La Agrícola Regional de Crespo data de 2012, pero la unidad de negocios dio su puntapié inicial en 1967. Desde entonces, la entidad facilita insumos a sus asociados bajo los términos que imponen las reglas de seguridad alimentaria.

Los productos se elaboran a partir del trabajo de 21 empleados según normas de seguridad internacional, ISO 9001. Los muestreos y evaluaciones son constantes y cada materia prima que llega a la fábrica es analizada antes de su admisión. Incluso cuentan con dos líneas separadas de producción, para rumiantes y monogástricos y así evitan contaminaciones cruzadas.

Campo en Acción recorrió una vez más las instalaciones donde Martín Montiel, ejecutivo de la planta, precisó que elaboran alimentos para cinco especies, bovinos, aves, porcinos, conejos y equinos, y para cada etapa del ciclo productivo.

“La defensa del producto competitivo es esencial” dijo el experto, quién también aportó que llegan con sus balanceados marca Nutrilar, además de los socios de la cooperativa, al mercado del Litoral y norte Argentino.

El asesor nutricional, Federico Walker, aportó que la meta es que al productor no le falte alimento y que cumpla con todas sus necesidades. Contó que hacen incapié en un esquema de manejo integral para complementar lo que ya tiene el productor en su establecimiento.

“Cada etapa de producción tiene sus requerimientos y sigue la evolución genética. Los costos de producción definen el resultado, de manera que una nutrición deficiente es tan mala como una excesiva”, especificó el profesional. En ese marco sumó que el asesoramiento es importante porque el costo está supeditado al rendimiento, se trata de mantener a raya la relación entre los kilos de alimento y los kilos de carne logrados.