En Entre Ríos ya se cosechó el 6% del área implantada con trigo modelo 2022. Y desde la Bolsa de Cereales indican que las marcan llegas a los 6.000 kilos por hectárea, pero arrancan en magros 800 kilos. Y todo culpa del clima que azotó a las espigas con heladas y ausencia de precipitaciones adecuadas.
En un tramo del informe divulgado este jueves describen que el contexto de trabajo fue complejo y oscilante. Cuentan que impactó el precio del fertilizante nitrogenado que se encontraba “por las nubes”, lo cual generaba un factor que desalentaba la siembra. Avanzada ya la época de implantación, se produjo una disminución en los precios de los fertilizantes y un alza en la cotización del trigo, que evidentemente volcó la balanza hacia el cereal.
Aportaron que están impedidos de especificar el área implantada fruto de que aún procesan las imágenes satelitales que revelarán un número preciso. A priori, los resultados marcan un claro incremento del cereal, que podría posicionarse cercano a las 570.000 hectáreas, lo cual representaría un crecimiento interanual del 10%.
Si bien es muy escasa el área cosechada para determinar el rendimiento promedio provincial, dejan saber que la gran amplitud en los rendimientos se asocia al efecto de las heladas tardías (agudizado por el efecto de la ubicación del lote sobre el relieve), escasas precipitaciones y baja incidencia de enfermedades.
La finalización del verano y el inicio del otoño presentó una adecuada recarga hídrica del perfil. En cambio, desde el inicio de la siembra (mayo) hasta la madurez fisiológica del cultivo (octubre), solamente en agosto hubo un extra en los montos de las precipitaciones, en consecuencia, hubo un déficit del 40 % (160 mm).
Al abordar la cuestión climática indicaron que el efecto de la temperatura máxima desde 1 de septiembre al 10 de noviembre, posibilitó una excelente tasa y duración de la etapa de llenado de granos. A su vez, mostró el comportamiento del promedio de la temperatura máxima en Entre Ríos obtenido de la red de centrales meteorológicas de la entidad cerealista.
Anticiparon que aquellos lotes topográficamente más elevados, -con una oferta levemente por debajo de lo normal y que no resultaron perjudicados por las heladas tardías-, presentarán rendimientos muy por encima del promedio provincial.
En cuanto a girasol, determinaron que las recientes precipitaciones tuvieron un impacto positivo en las 18.000 hectáreas plantadas y que las condiciones de los lotes a nivel provincial se encuentran entre buena a muy buena, a excepción de escasas hectáreas donde las últimas heladas tardías ocasionaron la muerte del ápice apical y la aparición de dimorfismo.
Por otro lado, el informe semanal dio cuenta de la condición del maíz de primera que cuenta con un área sembrada en la provincia de alrededor 420.000 hectáreas con un estado fenológico amplio: los primeros lotes sembrados se encuentran en V10 (diez hojas expandidas), mientras que, los últimos están en V3 (tres hojas expandidas). La mayor parte del área cuenta con un desarrollo de V6 a V8.