Fruto del calor y la sequía, la apicultura entrerriana cruje como cualquier otra actividad primaria. Las mermas de rendimiento no están claras todavía, pero los productores estiman que podrá ser del 50% en relación a los últimos dos años, que fueron de los mejores. La recomendación de la hora es tener a las colmenas bajo sombra y cerca de alguna fuente de agua; y si algunas de esas condiciones faltan será el apicultor el responsable de proveerla.
En materia de calidad se sabe que la miel provincial postula siempre entre las mejores del mundo, se trata de un alimento apreciado en todas partes menos en el terruño, donde el hábito de su consumo nunca termina de consolidarse.
Así las cosas, el resultado del trabajo de las abejas se come en las comunidades de las naciones con mayor poder adquisitivo, cosa que favorece a los apicultores. Pero, siempre hay uno en el avatar rural, no en la medida de las necesidades; sino basta con mirar las mieles de la anterior campaña que aún esperan por su destino en los depósitos de la Cooperativa Apícola del Paraná, con sede en La Picada.
Empero, en materia de comercialización este 2023 asoma como para levantar la puntería. Al menos ese es el deseo de Jorge Pitter, titular de la entidad que recibió a Campo en Acción junto a su colega Damián Ackerman.
“Venimos con tres años de sequía, peo en nuestra zona pasamos los primeros dos con rindes de normales a buenas, con marcas aceptables y un mercado que acompañó” dijo el dirigente junto antes de avisar que “en este último año todo es diferente, a finales de 2021 ya habíamos extraído 250 tambores de miel y ahora tenemos algo menos de 25. Eso muestra una caída importante, no quiere decir que no haya miel en las colmenas, indica que no se han llenado, pero la previsión es que se notará la merma”.
Mesurado, especificó que ve complicada la cosecha de verano, que se extiende de octubre a enero: “Lo que venga después, la de otoño, dependerá del clima y a eso no podemos saberlo”.
Por si hiciera falta, subrayó que la calidad de la miel no se afecta por la sequía: “La situación del mercado es atípica, por lo menos comparando los últimos 20 años. La baja producción puede servir para descongestionar un poco lo que viene de las campañas pasadas dijo y contó que por estos primeros días de enero siguen esforzándose para cerrar un trato en el extranjero que involucra el llenado de cuatro contenedores.
Manejo del apiario en verano
La temperatura en el interior de la colmena debe permanecer en el entorno de 35° pero, en algunas regiones del país, las altas temperaturas en conjunto con la elevada sensación térmica y la sequía llegan a producir lo que se denomina derretimiento de colmena, un suceso que puede causar la mortandad de abejas. En este sentido, especialistas presentaron una serie de recomendaciones para reducir su impacto.
Luis Zago, técnico del INTA, explicó: “Cuando se derrite la cera, la miel que se encuentra dentro de las celdas se derrama; este efecto arrasa no solo con las abejas nodrizas que se encuentran dentro, si no que también con las crías”.
Como dijo Pitter, para prevenir el daño de las colmenas Zago insistió con que “es elemental ubicarlas bajo sobra fresca de árboles o media sombra que aseguren la circulación de aire”. Para esto último, agregó: “No se debe colocar las colmenas sobre el piso; hacerlo sobre caballetes, preferentemente de 20 centímetros, favorece el cuidado de estas frente al calor y plagas como sapos.
“También, se debe asegurar que tengan buena área de vuelo, es decir, que entre la sombra y las piqueras de las abejas haya espacio”, continuó el técnico. También, recomiendan colocar guardapiqera con abertura central de 17,5 por 0,9 centímetros, aunque de no ser posible, dejar sin guardapiquera.
Con respecto al suministro de agua, se calcula que cada colmena necesita entre dos y cuatro litros de agua por día. En este sentido, “frente a las altas temperaturas se debe abastecer a los bebederos con agua limpia, ubicarla bajo la sombra y a 10 metros del apiario”, sostuvo Zago.
Además, el técnico comentó que “se debe tener en cuenta la colocación de soportes al agua para que las abejas no se ahoguen, corchos o madera que floten u plantas acuáticas que facilitan su oxigenación en el caso de contar con una reserva grande de abejas”.
Con respecto al material inerte, los especialistas remarcan que no se debe parafinar con aceite alzas y techos, así como no pintar la cámara de cría y alza melaria con colores que refracten los rayos del sol.
En el caso de contar con colmenas afectadas y un daño menor, “recomendamos revisar la colmena y detectar la reina y abejas vivas, retirarlas de ese espacio y trasladarlas a otro material inerte, es decir, otro cajón en un lugar con sombra”, expresó Zago. Por otro lado, si el daño es alto y no hay abeja reina, retirar los materiales dañados del apiario y acondicionar el material inerte.