A días de finalizada la cosecha del trigo de la campaña 2018/19, se presentan los primeros resultados obtenidos en el Laboratorio de Semillas de la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos(CACER) referidos al control de la calidad de la semilla a través del poder germinativo (PG). Esta variable de calidad fisiológica nos permite evaluar qué lotes podemos seleccionar para almacenar como semillas para la siembra de la próxima campaña.
En el análisis sin terápico el PG promedio fue de 80% debido principalmente a la presencia del hongo Fusarium spp. Al realizar los análisis con terápico nos encontramos con un aumento del orden del 11%, siendo el PG promedio curado de 91%. Al momento de evaluar los lotes sin terápico, se observaron semillas muertas y plántulas podridas por infección primaria ocasionada en mayor medida por el patógeno.
Según la Resolución SAGyP 2270/93 el PG mínimo de comercialización para la semilla de trigo es de 90%. Hasta el momento no hay muestras que sin terápico logren superar esta base, el 57% de las muestras se ubican en el rango de PG entre 89-80% con un promedio de PG del 85% y el 43% de las muestras se ubican en el rango de 79-70% con un promedio de PG de 74%. Por otra parte, con el uso de terápicos observamos que se revierte la situación, se logra controlar el patógeno y mejorar la calidad de las muestras. Nos encontramos que el 57% de las muestras superan este valor base, ubicándose en el rango de PG 100-90% con un valor promedio de PG de 93% y el 43% restantes están en el rango de PG 89-80% con un promedio de PG de 89%.
En trigo, el hongo F. graminearum produce la enfermedad denominada fusariosis de la espiga. Las condiciones predisponentes son lluvias frecuentes, alta humedad relativa y temperaturas cercanas a 25°C durante el momento de floración. Los primeros síntomas son pequeñas áreas pardo-oscuras en la base de las glumas. Si la infección ocurre en la base del raquis, toda la espiga puede tornarse blanca. Luego de la infección, las aristas se despigmentan y bajo condiciones húmedas y cálidas se forma una masa rosada de micelio y conidios. Cuando la infección ocurre en el inicio de la floración ocurre la destrucción total del grano en formación. En una espiga infectada pueden encontrarse granos destruidos en varios estadios de desarrollo. Los granos infectados son arrugados, chuzos, con apariencia áspera y de coloración blanco-rosada. Es de destacar que muchos granos a pesar de no tener síntomas y signos, pueden ser igualmente infectados por el hongo.
La variación en calidad de grano puede ser alta entre lotes y dentro de un mismo lote por diferencias entre cultivares, fechas de floración y condiciones climáticas en el entorno a la floración.
A nivel provincial, en esta campaña no fue importante el desarrollo de la enfermedad, sin embargo se observaron zonas puntuales con alta incidencia. Desde el Laboratorio de Análisis de Semillas de la CACER remarcan la importancia de controlar la calidad de la semilla que se almacena para la próxima siembra, es fundamental contar con semillas de alta calidad fisiológica, es decir con altos porcentajes de poder germinativo y a su vez que tengan la menor carga fúngica posible. Recordemos que la semilla es un buen medio de sobrevivencia de los patógenos y actúa como fuente inicial o primaria de contaminación para el nuevo cultivo. De esta manera evitaremos sorpresas desagradables al momento de efectuar la elección del lote de semillas para la siembra de trigo de la campaña 2019/20.