En aguas del arroyo Salto, ubicado en Diamante, un equipo interdisciplinario de investigación comprobó la presencia de más de 26 productos químicos y elevada concentración de minerales. Al respecto Julieta Peluso, bióloga del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín, que formó parte del equipo, comentó a Paralelo 32 que habían trabajado en una etapa anterior en el Río Salado, Santa Fe, y surgió la posibilidad de hacer un muestreo similar en el arroyo que pasa por Aldea Brasilera. “Nos interesaba saber qué pasaba con la calidad del agua en campos productivos y zonas agropecuarias”, precisó.
El objetivo de este procedimiento fue “analizar las características fisicoquímicas, metales y residuos de plaguicidas, la toxicidad de muestras de agua y sedimentos de un ambiente altamente impactado por actividades agrícolas. Lo hacemos por medio de bioensayos y biomarcadores y pruebas con larvas (renacuajos) de sapo común”. Explicó que tomaron muestras en dos puntos distantes del arroyo extrajeron, además sedimentos en distintos sectores del curso de agua.
Carolina Aronzon, otra de las integrantes, explicó que durante un día tomaron las muestras, posteriormente la trasladaron refrigeradas a Buenos Aires donde fueron analizadas.
Allí comprobaron que las larvas presentaban mortalidad significativa a las dos semanas. Por otro lado se detectaron 26 pesticidas diferentes (principalmente herbicidas) en ambos sitios, además Cobre, Zinc y Plomo, que excedieron el límite para la protección de la vida acuática. Pero en conjunto estos productos sumados, en presencia de metales pueden producir estos efectos mortales.
En diálogo con Paralelo 32 también hicieron referencia a la calidad del agua, que es una fuente de vida para animales y plantas, al respecto sostuvieron que la medición de calidad es técnicamente marginal (mala).
Sostuvieron que las proporciones de agroquímicos de distintas formulación eran bajas, entre 0,3 y 05 %. Si bien son porcentajes bajos, la suma de 26 componentes, sumado a la presencia de cobre, zinc y plomo (en mayor proporción), representa un alerta en cualquier curso de agua.
Por otra parte comentaron que hace años que realizan este tipo de investigaciones y antes no se encontraba este fenómeno, la exposiciones de las muestras frente a larvas no presentaban mortalidad, algo que ahora la comprueban a las 36 horas del inicio de la prueba. Para las profesionales, esto representa una alerta para el ecosistema.
Comentaron que el estudio fue publicado en la revista especializada Water Environment Research, de alcance internacional, en otro orden ampliaron que en los años que llevan realizando estos trabajos no fueron contactados por gobiernos, para pedir los resultados, no obstante ello, siempre lo ofrecen a los distintos estamentos del Estado que tiene competencia con estas cuestiones.
Una investigación similar hicieron en el rio Salado (Santa Fe) donde encontraron un panorama similar. Fue en ese curso de agua donde Dr. Rafael Lajmanovich (que forma parte del equipo), en un ensayo posterior, comprobó la presencia de elevadas proporciones de agrotóxicos en la carne de sábalos.
La investigación cierra sosteniendo, en síntesis, que al final de este estudio, que tuvo como objetivo evaluar la calidad ambiental de la cuenca del arroyo Salto, la degradación observada puede estar asociada con las actividades agrícolas de la zona. De persistir este tipo de contaminación, la población de anfibios que habitan la zona puede verse afectada negativamente. Por lo que se destaca la urgente necesidad de controlar y monitorear el uso.
El grupo de trabajo estuvo integrado por los investigadores Julieta Peluso, Carolina M. Aronzón, Ana Paula Cuzziol Boccioni, Paola M Peltzer, Lautaro Valenzuela, Eduardo de Gerónimo y Rafael C. Lajmanovich, que cumplen labores y responsabilidades en distintos institutos, universidades, Conicet y Cnea. Fuente: Paralelo 32