Fontanini: “Se puede pensar en 600.000 hectáreas de trigo”

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Para la mayoría de los productores entrerrianos el cierre de la campaña de granos gruesos es para el olvido. Nada deja para recordar, más que penas. Las urgencias por obtener ingresos más pronto que tarde ubica a la fina en el centro del escenario, y, en esa afirmación, el especialista de la Bolsa de Cereales Pablo Fontanini no halló otro razonamiento más que coincidir.

El diálogo con Campo en Acción determinó que “desde noviembre a febrero las lluvias no superaron, en promedio, los 60 milímetros y la recomposición vino recién en la segunda quincena de marzo. Posiblemente sea este el único mes de los últimos cinco que se llegue al promedio esperado”.

Sumó que al inicio del otoño es cuando habitualmente se producen las mejores reservas hídricas en suelo, de manera que las lluvias que se acumulen hasta mayo implican un aporte importante para las primeras etapas del desarrollo del trigo. Y recordó que el año pasado la precipitación acumulada llegó a unos 350 milímetros y el clico resultó climáticamente muy bueno en la provincia, lo que permitió rindes de excelencia.

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Nota Pablo Fontanini -- Campaña Agricola en Entre Ríos.MXF.mp3

Para lo que viene “aún falta sumar milimetrajes” sentenció el experto y remató: “Creemos que es muy factible alcanzar esa meta de 350 milímetros”.

A facilitar previsiones, ponderó que por ahora aprecian que habrá una menor intensión para plantar colza y carinata y recordó que el año pasado cada especie ocupó 9.000 hectáreas y 13.000, respectivamente.

Avisó que esperan menos área producto del precio, -“que no es tan atractivo como en años anteriores”-, y experiencias de rindes bajos que pueden haber decepcionado a algunos productores. Cierra el círculo el financiamiento que nunca sobra.

Prevé que el plato fuerte del invierno sea el trigo. En tal sentido dijo que “en la campaña anterior estuvo cerca de las 560.000 hectáreas y ahora se puede pensar ahora en unas 600.000”. Una limitante es la rotación con maíz, que competirá por la alta demanda de la producción avícola.

Otra variable es el costo de insumos, y los créditos necesarios para afrontar un clico productivo luego de una seca histórica que castigó los presupuestos. “La anterior campaña triguera mostró rindes bárbaros en la provincia, el promedio fue de 3.600 kilos por hectárea, por encima de la media del último lustro”, subrayó y ese dato es, justamente el que motoriza el optimismo.

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