Estación Las Garzas: el pueblo de Paraná Campaña que espera volver a escuchar la llegada del tren

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El 31 de diciembre de 1992 se escuchó el pitido de la locomotora por última vez en Estación las Garzas, un lugar en el mapa entrerriano donde el tiempo parece detenido. Pero allí vive una comunidad que trabaja, se educa y defiende valores y costumbres, aunque sueñan, por qué no decirlo, con volver a escuchar que el tren vuelve a llegar a la parada del Km 12 y medio, una vez más.

“Nuestro pueblo se funda porque doña Rosario Benet de Bellocq, propietaria junto a su marido de estas tierras, tenía esa ilusión. Quería que todas las familias que habitaban pudieran desarrollarse y crecer, tener una vida plena. Es así que lotea terrenos y disponen espacios para escuelas, clubes, iglesias, plazas” relata Ester Montórfano, una docente ya jubilada, referente de esta comunidad, autora de un libro que recupera la historia del lugar y, junto a su hermano, responsable del centenario almacén de ramos generales de Pueblo Bellocq o Estación Las Garzas, como todos lo conocen.

Una historia de la Entre Ríos del siglo pasado, cuando las vías del ferrocarril comenzaban a extenderse por cada rincón de la provincia. Y esos rieles cruzaban por un paraje que muchos conocían y nombraban como Las Garzas, por la cantidad de esas aves que volaban sobre montes y campos propiedad de Luis Bellocq y su esposa, Rosario Benet.

“Así lo certifica el documento del Archivo Histórico de la provincia que testimonia el ofrecimiento de los Bellocq, lotear sus tierras para constituir un pueblo, en un predio de poco más de 80 hectáreas” señala Ester.

“Ella, doña Rosario Benet, fue la impulsora de todo pero no pudo ver su sueño concretado, ya que fallece muy joven. Su marido queda solo y lleva adelante una parte de aquel proyecto de constituir el pueblo, que tiene como fecha de fundación el 27 de setiembre de 1922…estamos cerquita del centenario” dice con emoción la maestra del pueblo.

Pueblo Bellocq - Estación Las Garzas es en la actualidad una localidad de alrededor de 550 habitantes, que tiene la categoría de Comuna desde diciembre de 2019. Está ubicada en el distrito María Grande 2° del departamento Paraná. Como otros lugares de Entre Ríos, se la conoce más por el nombre de su estación ferroviaria, Las Garzas.

El tren de los pueblos

Entre Ríos es una provincia donde el tendido de las redes ferroviarias fue central en su desarrollo y en el poblamiento de muchos lugares, que comenzaron a existir a partir de la traza de las vías. En esta historia, la de Las Garzas y los Bellocq, nada hubiese sucedido si los rieles no cruzaban por esos campos, por los montes de espinillos, ñandubay, quebrachos y palma caranday.

“La línea del ferrocarril Urquiza unía Paraná y Concordia, y fue fundamental para el desarrollo de estos lugares. Todo se hacía a través del tren. El comercio de cereales, la venta de mercaderías, cuando se desmontaba la leña se iba a las grandes ciudades en los vagones de carga. Existía más y mejor comunicación y era mucha la gente que llegaba a trabajar en los obrajes” recuerda Ester.

“La última vez que vimos el tren fue el 31 de diciembre de 1992, ya nos hemos olvidado, pero sigue el anhelo para que alguna vez vuelva a circular” dice con nostalgia.

Y precisamente el tren, que fue central en el surgimiento y en la historia de este pueblo, lo fue también en su ocaso, cuando dejó de circular por la decisión política de un gobierno, que en la década de los ’90, priorizó el transporte por ruta, aduciendo el déficit que generaban a las arcas del Estado los ferrocarriles de la Argentina.

En Estación Las Garzas sigue soñando con ver pasar el tren una vez más, al igual que tantas localidades entrerrianas que languidecen –o ya han desaparecido- a la vera de las vías, donde la vegetación hace rato que fue tapando aquellos brillantes rieles tendidos, en su mayoría, por empresarios ingleses.

“La gente acá se dedica a la agricultura, ganadería, tenemos galpones avícolas. También hay mucho personal en las escuelas primarias, secundaria y de adultos, una sala de primeros auxilios y dependencia policial. Entre todos le damos vida a nuestro pueblo, que es un lugar muy lindo y tranquilo para vivir” subraya.

El almacén de Ramos Generales Piamón

Si hay un pueblo en Entre Ríos también hay un almacén, siempre. “Allá por los años ’20, cuando había mucho trabajo en esta zona, don Adán y Catalina Jacob, construyen un almacén de ramos generales para abastecer a toda la población, así que también es un lugar centenario ya”, apunta Ester.

En 1985, junto a su marido, de apellido Pianetti, y su hermano Lalo, adquieren el viejo almacén de Jacob. “Mi abuelo era Paolo Luigi Montórfano, y al igual que los Pianetti, todos venidos del Piamonte en Italia. Por eso le pusimos Almacén Piamón, en homenaje a la región y a la tierra de origen”.

En el almacén se vende de todo. Claro que ha ido cambiando mucho en su estética y en las mercaderías que se ofrecen, respecto de aquel original establecimiento de ramos generales, “pero igual sigue siendo el lugar para las compras y del encuentro social. Eso no ha cambiado para nada, y esperamos que pase pronto lo de la pandemia así vuelve el truco y la copa de la nochecita. Ya volverán” dice.

Memorias de Pueblo Bellocq

“El sueño de uno es parte de la memoria de todos” reza el libro publicado en 2015 por esta inquieta mujer que sintetizó en sus páginas los recuerdos lejanos de su lugar en el mundo: “El futuro de un pueblo se consolida cuando se reconocen sus raíces y su historia. Rescatarla de las penumbras del pasado es mucho más que una curiosidad. Nos permite sentirnos continuadores y herederos de quienes nos precedieron en la vida” prologan en el inicio de la lectura.

“Nuestra intención fue rescatar lo que estaba en la memoria de los mayores, antes que se pierda, y pensando en que aún viven descendientes de Rosario Benet y Luis Bellocq. Por eso nos pusimos a entrevistar a muchas mujeres y hombres de nuestro pueblo, y así se editó ‘Memorias de Pueblo Bellocq’, un libro que sintetiza nuestra historia y la vida de mucha gente de esta comunidad” dice Ester con mucho orgullo.

El libro es un registro gráfico que va más allá de lo literario. Tiene emociones, vivencias, nombres propios con anécdotas que permiten a los que habitan este presente saber de dónde vienen.

“Cada uno se aferra al lugar donde ha nacido, y si tiene posibilidades de volver a vivir en él, como es mi caso, mucho más. Estación Las Garzas es muy tranquilo, muy seguro, con gente que se respeta, donde persisten las costumbres y una manera de ser. No lo cambiaría por nada”. El epílogo perfecto para una singular entrevista.

Para el curioso, que descubre en esta crónica la existencia de Estación Las Garzas, valen los siguientes datos. Está ubicada a 12 Km (aproximadamente) al norte de Hasenkamp y a unos 95 Km de Paraná. Un lugar para conocer, al igual que el centenario Almacén Piamón, ubicado en la esquina principal del pueblo, cerquita de la estación, donde muchos sueñan con volver a escuchar el pitido de la locomotora que llega a Las Garzas o Pueblo Bellocq, una vez más.

Guido Emilio Ruberto / Campo en Acción

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